El regreso a casa



Había una vez un pequeño escritor llamado Gio. Desde muy pequeño, Gio había sentido una gran pasión por las palabras y la literatura. Pasaba horas y horas escribiendo historias en su cuaderno, dejando volar su imaginación sin límites.

Sin embargo, a medida que Gio crecía, su trabajo como escritor lo llevaba cada vez más lejos de casa. Tenía que viajar constantemente para promocionar sus libros y participar en eventos literarios.

Aunque disfrutaba de su trabajo, poco a poco se fue alejando de su papá. El papá de Gio era un hombre amable y cariñoso. Siempre apoyó a su hijo en todo lo que hacía y estaba orgulloso de verlo cumplir sus sueños como escritor.

Pero a medida que los días pasaban sin ver a Gio, el papá comenzó a sentirse triste y solitario.

Un día, mientras Gio estaba en medio de una gira promocional por diferentes ciudades, recibió una carta especial de parte de su papá. La carta decía:"Querido Gio, Sé que estás muy ocupado con tu trabajo como escritor y te admiro mucho por eso. Pero siento tu ausencia cada día más fuerte.

Extraño nuestras charlas nocturnas antes de dormir y nuestros paseos por el parque los domingos. Recuerdo cuando eras solo un niñito y me pedías que te leyera cuentos antes de acostarte. Me encantaría volver a hacerlo contigo.

Aunque entiendo tu pasión por la escritura, quiero recordarte algo importante: nunca olvides el valor del tiempo compartido con quienes amamos. Te echo mucho de menos, hijo. Espero que algún día podamos volver a pasar tiempo juntos.

Con todo mi amor, Papá"Las palabras de la carta tocaron el corazón de Gio de una manera profunda. Se dio cuenta de cuánto había dejado atrás a su papá por su trabajo y decidió hacer un cambio en su vida.

Gio canceló todas sus próximas giras promocionales y regresó a casa para sorprender a su papá. Al llegar, lo encontró sentado en el sofá con una mirada triste. "¡Papá!" -exclamó Gio emocionado al verlo. El papá se levantó rápidamente y abrazó fuertemente a su hijo.

Los dos lloraron lágrimas de alegría mientras se abrazaban. "Estoy aquí, papá", dijo Gio entre sollozos. "Lamento haberme alejado tanto, pero ahora entiendo lo importante que es estar contigo". El papá sonrió dulcemente y respondió: "Siempre estaré aquí para ti, hijo mío.

Nunca te olvides del valor del tiempo compartido con los seres queridos". Desde ese día, Gio hizo un compromiso consigo mismo: equilibrar su pasión por la escritura con el amor y la atención hacia su familia.

Pasaron muchas tardes juntos leyendo cuentos, paseando por el parque y compartiendo risas. Gio siguió escribiendo historias maravillosas, pero esta vez también encontraba inspiración en las vivencias junto a su amado papá.

Y así fue como aprendió que no hay nada más valioso en la vida que el amor y la compañía de aquellos que más queremos.

FIN.

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