El regreso a la música
Era una mañana soleada en el jardín de infantes 'Pequeños Melódicos'. Los niños de 4 años volvían a la clase después de las vacaciones de Navidad. La emoción en el aire era palpable. La maestra Fabiola, que siempre traía sorpresas para sus alumnos, los esperaba en la puerta de la clase de música con una gran sonrisa.
"¡Hola, chicos! ¡Qué felices los veo! ¿Cómo pasaron las vacaciones?" - preguntó Fabiola, mientras los niños se agrupaban a su alrededor.
"¡Fui a la playa!" - gritó Juanito, moviendo sus manitos en el aire.
"¡Yo hice un muñeco de nieve!" - exclamó Sofía, con sus ojos brillando de alegría.
"Y yo comí muchas galletitas de chocolate" - agregó Lucas, frotándose las manos como si aún estuviera disfrutando de los deliciosos dulces.
"¡Eso suena increíble!" - rió Fabiola. "Pero ahora, ¡es tiempo de música! Vamos a entrar a la clase y ver qué sorpresas les tengo preparadas."
Los niños entraron a la clase de música y se encontraron con un gran escenario adornado con banderines de colores y una variedad de instrumentos musicales: tambores, xilófonos, maracas, y más. En el centro, había un enorme pizarrón con la frase: '¡Hoy crearemos nuestra propia canción!'
"¡Guau!" - dijo Mateo, mirando alrededor con la boca abierta.
"¿Podemos hacer una canción sobre la playa?" - sugirió Belén, recordando sus vacaciones.
"No, no, ¡mejor sobre el invierno!" - insistió Sofía, emocionada por su muñeco de nieve.
Fabiola escuchó las ideas de los niños y pensó que sería una buena oportunidad para enseñarles sobre la colaboración y la creatividad.
"Me encanta que tengan tantas ideas, pero ¿qué les parece si creamos una canción que hable de las vacaciones en general, dónde cada uno pueda aportar algo que le haya gustado?" - propuso la maestra.
Los niños asintieron emocionados.
"¡Yo quiero cantar sobre la playa!" - repitió Juanito.
"Y yo sobre el muñeco de nieve" - dijo Sofía, un tanto celosa.
"Yo quiero que hablemos de las galletitas" - agregó Lucas con seriedad.
Fabiola pensó rápidamente en cómo juntar todas esas ideas.
"Muy bien, hagamos lo siguiente: primero escribiré una línea que una todas sus ideas, y luego, cada uno de ustedes podrá añadir algo. ¡Así todos participamos!" - explicó.
Los niños estaban de acuerdo y Fabiola comenzó a escribir en el pizarrón: 'En el verano, la playa bañada de sol, y en el invierno, un muñeco que es todo amor'.
"¡Me gusta!" - dijo Mateo, dando saltitos.
"¿Podemos agregar algo sobre las galletitas?" - preguntó Lucas.
"Claro que sí, Lucas. Pongamos: 'Y siempre hay galletitas, que hacen todo mejor'." - respondió Fabiola mientras escribía.
Así, poco a poco, construyeron la canción. Cada niño aportaba algo, y Fabiola ayudaba a unir las ideas. La música que llenaba el aula parecía cobrar vida mientras trabajaban juntos.
Finalmente, llegó el momento de ensayar la canción. Fabiola repartió instrumentos entre los niños: tambores para algunos, maracas para otros, y el xilófono para los más pequeños.
"Ahora, todos juntos: ¡Uno... dos... tres...!" - dijo Fabiola, dando inicio al ensayo.
La canción resultó ser una combinación alegre de ritmos y risas. Los niños, emocionados, se regalaron miradas de complicidad y alegría.
"¡Quiero mostrarle a mis papás lo que hicimos!" - gritó Sofía.
"Yo también quiero que mis abuelos lo escuchen" - añadió Lucas.
Fabiola sonrió al ver tanto entusiasmo.
"¿Qué les parece si hacemos un pequeño recital al final de la clase, para que cada uno invite a su familia a ver lo que creamos?" - sugirió.
Los ojos de los niños brillaron de emoción y todos asintieron con fuerza.
Así, concluyó la clase de música con un recital lleno de risas, música y creatividad. Los niños no solo aprendieron sobre la música, sino también sobre trabajar en equipo y valorar las ideas de los demás.
Cuando sus familias llegaron, se sintieron orgullosos al ver y escuchar la canción que habían creado juntos. Cada uno compartía una parte de su recuerdo de las vacaciones y todos disfrutaron de la magia de la música creada por ellos mismos.
"Nunca había hecho algo así antes" - comentó Juanito a su papá.
"Es increíble lo que podemos crear cuando trabajamos juntos" - dijo Sofía, sonriendo a su familia.
La clase de música se había convertido en un lugar donde las vacaciones, la creatividad y la amistad se unieron en una hermosa canción que resonaría en sus corazones mucho tiempo después.
FIN.