El regreso de la amistad


Era un hermoso día de sol en la pequeña ciudad de Villa Esperanza. Después de unas largas vacaciones, los niños estaban emocionados por volver al colegio y reencontrarse con sus amigos.

En especial, Tomás estaba ansioso por ver a su mejor amigo, Lucas. La campana sonó anunciando el inicio del nuevo año escolar y todos los alumnos se dirigieron a sus respectivas aulas.

En el segundo grado, la profesora Marta esperaba a sus estudiantes con una gran sonrisa. "¡Bienvenidos chicos! ¡Estoy muy contenta de tenerlos de vuelta!" exclamó la maestra Marta mientras los niños entraban al salón. Tomás buscó rápidamente a Lucas entre las caras conocidas pero no lo encontró.

Se sintió un poco desilusionado, ya que había esperado todo el verano para volver a jugar con su amigo. Mientras tanto, en otra parte del colegio, Lucas se encontraba sentado en una esquina del patio sin saber qué hacer.

Aunque también deseaba mucho reencontrarse con Tomás, algo le preocupaba: tenía miedo de no ser aceptado después de haber pasado un año viviendo en otra ciudad debido al trabajo de su papá. "Hola Lucas", dijo una voz detrás suyo.

Lucas se dio vuelta y vio a Sofía, una compañera que había conocido el año anterior antes de mudarse. "¡Sofía! ¡Qué alegría verte!" exclamó Lucas emocionado. "Yo también estoy feliz de verte otra vez", respondió Sofía.

"¿Por qué estás aquí solo? ¿No quieres jugar?"Lucas explicó su preocupación a Sofía y ella le aseguró que todos lo recibirían con los brazos abiertos. "Vamos, te presentaré a mis amigos", dijo Sofía tomando la mano de Lucas.

Mientras tanto, en el salón de clases, Tomás estaba triste por no encontrar a Lucas. Sin embargo, decidió hacer algo al respecto. Levantó la mano y le preguntó a la maestra si podía ir al baño.

La maestra Marta asintió y Tomás se dirigió al patio en busca de su amigo. Allí vio a Sofía y Lucas jugando con otros niños. Al verlo acercarse, Lucas se puso muy contento y corrió hacia él para darle un fuerte abrazo.

"¡Tomás! ¡Te extrañé mucho!" exclamó Lucas emocionado. "Yo también te extrañé, amigo", respondió Tomás sonriendo. A partir de ese día, los tres amigos compartieron muchas aventuras juntos: jugaron en el recreo, resolvieron problemas matemáticos difíciles y ayudaron a otros compañeros cuando lo necesitaban.

El reencuentro entre Tomás y Lucas demostró que la amistad verdadera siempre perdura sin importar las distancias o el tiempo que estén separados.

Además, aprendieron una valiosa lección sobre aceptación e inclusión al darle la bienvenida a Lucas en su grupo de amigos sin importar sus preocupaciones iniciales. Al final del año escolar, la profesora Marta felicitó a todo el grupo por ser tan solidarios y unidos.

Los chicos sabían que el próximo año seguirían siendo grandes amigos, enfrentando nuevos desafíos juntos mientras seguían creciendo como personas. Y así fue como el primer día de clases en segundo grado se convirtió en una historia llena de amistad, apoyo mutuo y aprendizaje.

Dirección del Cuentito copiada!