El regreso de Lucas



Había una vez un niño llamado Lucas, quien estaba muy emocionado por volver al colegio después de las largas vacaciones.

Desde temprano, se levantó con una sonrisa en el rostro y se preparó para encontrarse con sus amigos y profesores. Al llegar al colegio, pudo ver a lo lejos a sus compañeros correteando y riendo juntos. Se acercó corriendo hacia ellos y todos se abrazaron con alegría.

-¡Lucas! ¡Qué bueno verte de nuevo! -exclamó Martín, su mejor amigo. Durante la primera clase del día, Lucas no paraba de contar anécdotas de sus vacaciones a sus compañeros, quienes lo escuchaban atentamente y reían con cada ocurrencia que contaba.

La maestra, la señorita Ana, les dio la bienvenida y les dijo lo feliz que estaba de tenerlos de vuelta en el colegio. Después del recreo, en matemáticas, tuvieron un desafío muy divertido que consistía en resolver problemas en equipos.

Lucas formó parte del equipo "Los Cerebritos" junto a Martín y Sofía. Trabajaron juntos y lograron resolver todos los problemas antes que nadie. -¡Lo logramos chicos! ¡Somos imparables cuando trabajamos juntos! -exclamó Lucas emocionado.

Al finalizar las clases, la señorita Ana les propuso a los alumnos hacer una actividad especial: escribir cartas agradeciendo a alguien importante en sus vidas. Lucas decidió escribirle una carta a su mamá, expresándole cuánto la quería y lo importante que era para él.

Cuando llegó a casa ese día, le entregó la carta a su mamá quien no pudo contener las lágrimas al leer las palabras tan sinceras de su hijo. Ese gesto llenó el corazón de Lucas de felicidad y amor.

A partir de ese día, Lucas entendió lo valioso que era estar rodeado de amigos que lo apoyaban incondicionalmente y tener profesores que siempre estaban dispuestos a enseñarle cosas nuevas.

El regreso al colegio no solo significaba retomar las clases, sino también reencontrarse con personas especiales que formaban parte importante de su vida. Y así, entre risas, aprendizajes y momentos inolvidables, Lucas disfrutó cada día en el colegio sabiendo que siempre había algo bueno esperándolo allí.

FIN.

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