El regreso de Roco



Había una vez en la selva ecuatoriana, un grupo de animales adolentes que se habían perdido mientras jugaban cerca del río. Entre ellos estaban Mateo el mono travieso, Lola la lora curiosa y Pancho el perezoso soñador.

Un día, mientras exploraban un nuevo camino en la selva, se dieron cuenta de que ya no reconocían su entorno. Estaban perdidos y no sabían cómo regresar a casa.

Mateo, siempre tan valiente, trató de mantener la calma y dijo: "Tranquilos amigos, encontraremos el camino de vuelta juntos". Lola, con sus ojos brillantes llenos de esperanza, sugirió: "¿Y si buscamos ayuda? Tal vez algún animal nos pueda guiar".

Pancho, bostezando como siempre, agregó: "Buena idea Lola, pero ¿a quién pedimos ayuda?". De repente, escucharon unos pasos acercándose. Era Roco el mapache astuto que había escuchado sus voces angustiadas. Roco les dijo con acento ecuatoriano: "-¡Hola amigos! Veo que están perdidos.

Yo conozco muy bien esta selva y puedo ayudarlos a regresar a casa". Los tres amigos adolentes se alegraron al encontrar a alguien dispuesto a ayudarlos. Roco los guió por senderos desconocidos pero hermosos de la selva ecuatoriana.

En el camino les contaba historias sobre las plantas y animales que encontraban. Después de un largo viaje lleno de aventuras y aprendizajes, finalmente llegaron al borde del río donde se habían perdido inicialmente.

Los tres amigos adolentes abrazaron a Roco emocionados y le agradecieron por su ayuda. "-¡Gracias Roco! ¡No sabemos qué hubiéramos hecho sin ti!", exclamaron todos al unísono. Roco sonrió con satisfacción y respondió: "-Fue un placer ayudarles amigos.

Recuerden que en la selva es importante estar juntos y apoyarse mutuamente". Desde ese día, Mateo el mono travieso, Lola la lora curiosa y Pancho el perezoso soñador aprendieron la importancia de trabajar en equipo y valorar la amistad verdadera en todas sus aventuras por la selva ecuatoriana.

FIN.

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