El regreso de Wuily



Wuily era un pequeño zorro curioso y valiente que vivía en el bosque. A pesar de ser un poco solitario, le encantaba explorar y descubrir nuevas aventuras.

Un día, decidió ir de caza al bosque para buscar comida y así poder alimentarse. El sol brillaba en lo alto cuando Wuily emprendió su camino entre los árboles.

Estaba tan concentrado en seguir el rastro de las presas que no se dio cuenta de cuánto había caminado ni del paso del tiempo. De repente, se percató de que ya era de noche y se encontraba perdido en medio del bosque.

- ¡Oh no! ¿Cómo he llegado tan lejos? -se lamentó Wuily, sintiéndose asustado por estar solo en la oscuridad. Sin embargo, en lugar de dejarse vencer por el miedo, Wuily decidió mantener la calma y buscar una solución a su problema.

Recordó las enseñanzas de sus padres sobre cómo orientarse en el bosque y decidió seguir su instinto para encontrar el camino de regreso a casa. Caminando con cuidado entre los árboles, Wuily escuchaba atentamente los sonidos nocturnos del bosque.

El ulular de un búho le indicaba la dirección hacia el norte, mientras que el croar de las ranas señalaba la cercanía de un arroyo. Poco a poco, fue reconociendo el terreno y recordando los puntos de referencia que le permitirían regresar a su madriguera.

Después de varias horas caminando bajo la luz plateada de la luna, finalmente divisó la silueta familiar de los árboles que rodeaban su hogar. Con un suspiro aliviado, corrió hacia allí y entró rápidamente en su madriguera acogedora. - ¡Qué alegría volver a casa! -exclamó Wuily felizmente-.

A partir de ahora tendré más cuidado al explorar el bosque por la noche.

Desde ese día, Wuily aprendió una valiosa lección sobre la importancia de estar preparado ante cualquier situación imprevista y sobre cómo mantener la calma para resolver problemas difíciles. Aunque seguía siendo un poco solitario, sabía que siempre podía confiar en sí mismo para superar cualquier desafío que se presentara en su vida aventurera en el bosque.

FIN.

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