El Regreso del Duende Navideño



Era diciembre y el alumnado de quinto de primaria estaba emocionado por las vacaciones navideñas que se acercaban.

Los chicos y chicas estaban ansiosos por disfrutar de su merecido descanso, pero antes debían enfrentar un último desafío: encontrar al duende perdido de la Navidad. Un día, mientras los niños y niñas esperaban a que sonara el timbre para irse a casa, escucharon un ruido extraño proveniente del armario del salón.

Al abrirlo, se encontraron con un pequeño duende colorido llamado Trasto. - ¡Hola! Soy Trasto, el duende perdido de la Navidad -dijo con entusiasmo-. Me he extraviado y necesito regresar al Polo Norte antes de que llegue Nochebuena. Los chicos y chicas miraron asombrados al simpático duendecillo.

Sabían que no podían dejarlo solo en esa situación. - ¡Vamos a ayudarte, Trasto! -exclamó Sofía, una niña muy valiente-. Pero primero necesitamos saber cómo llegaste hasta aquí.

Trasto les explicó que había estado jugando con sus amigos en el Polo Norte cuando se separaron accidentalmente. Desde entonces había estado viajando por diferentes lugares hasta llegar al colegio.

El alumnado decidió formar un equipo para ayudar a Trasto a reunirse con sus amigos en el Polo Norte antes de Nochebuena. Juntos comenzaron una aventura llena de sorpresas y aprendizajes. Primero tuvieron que resolver una serie de acertijos para descubrir pistas sobre dónde podrían estar los amigos del duende perdido.

Recorrieron el colegio en busca de pistas, investigaron en la biblioteca y hasta se aventuraron en el jardín del conserje. Después de mucho esfuerzo, lograron encontrar a los amigos de Trasto: Gruñón, Travieso y Risueño.

Los duendes estaban muy felices de volver a estar juntos y agradecieron al alumnado por su ayuda. - ¡Muchas gracias por traernos de vuelta a nuestros amigos! -dijo Gruñón con una sonrisa-. Ahora podemos prepararnos para la Navidad como siempre lo hemos hecho.

El equipo regresó al colegio justo a tiempo para las vacaciones navideñas. El director del colegio, emocionado por la valentía y el espíritu solidario del alumnado, organizó una gran fiesta para celebrar su éxito.

Durante la fiesta, Trasto les entregó a cada uno un pequeño regalo como muestra de gratitud. Pero más importante aún fue el valioso aprendizaje que obtuvieron los chicos y chicas: la importancia de ayudar a los demás, trabajar en equipo y no rendirse ante los desafíos.

Las vacaciones navideñas llegaron finalmente y todos disfrutaron de momentos especiales con sus familias. Cada vez que recordaban esa aventura mágica junto a Trasto, sentían un cálido amor navideño llenar sus corazones. Y así termina esta historia llena de emoción y amistad.

El alumnado de quinto de primaria aprendió que las mejores aventuras no solo ocurren durante las vacaciones, sino también cuando se unen para ayudar a alguien que lo necesita.

FIN.

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