El regreso del tiburón vegano
Había una vez un tiburón llamado Tito, que vivía en la hermosa playa de Arribeños. Tito era un tiburón clásico: nadaba felizmente por el océano, pero su instinto lo llevaba a cazar. Sin embargo, un día decidió que era hora de explorar el mundo más allá de su hogar. Así que se embarcó en un viaje que lo llevó a conocer mares lejanos y culturas maravillosas.
Durante su aventura, Tito se encontró con una simpática tortuga llamada Tula, que le enseñó sobre la vida saludable. Tula le mostró cómo hacer deliciosos batidos de banana y lechuga, y, tras muchas charlas y risas, Tito decidió hacerse vegano. Al volver a Arribeños, no solo trajo consigo un corazón lleno de historias, sino también un nuevo estilo de vida.
Cuando Tito regresó a su hogar, se emocionó al ver la playa y a sus viejos amigos, como el pez payaso Pipo y la langosta Lila. Al principio, los amigos de Tito estaban intrigados por su nuevo enfoque de vida.
"¿Pero Tito, ya no comes peces?" - preguntó Pipo sorprendido.
"No, amigo, ahora hago batidos de frutas y verduras. Es más rico y saludable. ¡Prueben uno!" - respondió Tito, sacando su licuadora portátil y comenzando a preparar un batido.
Los amigos miraron con desconfianza, pero la curiosidad ganó. Tito les ofreció un delicioso batido de banana y espinaca. Después de un par de sorbos, sus caras se iluminaron.
"¡Está buenísimo!" - exclamó Lila."Nunca pensé que podría gustarme algo así".
"Te lo dije, el cambio puede ser sabroso", sonrió Tito.
Sin embargo, una sombra acechaba en el horizonte. Un día, un grupo de peces pequeños se quejaron ante Tito. "¡Ayuda, Tito! Hay un pez globo que nos asusta!".
Tito, al escuchar esto, sintió un revuelo en su corazón.
"Déjenme encargarme. Pero no usaré la fuerza. Voy a intentar hablar con él".
Tito nadó hacia el pez globo, que se llamaba Gabo. Cuando llegó, Gabo estaba inflado, mostrando su espinas.
"¿Por qué asustás a los demás, Gabo?" - le preguntó Tito.
"Porque quiero ser el más grande del océano" - respondió, aún amenazante.
Tito tuvo una idea.
"Si querés ser grande, quizás deberías hacerte amigo de los demás en lugar de asustarlos. ¿Qué tal si probás hacer un batido con nosotros?".
Gabo, desconcertado por la propuesta, se desinfló un poco.
"¿Batido? ¿De qué?" - preguntó.
"Algo que hace feliz a todos aquí. Vamos a hacer uno juntos!" - insistió Tito.
Así fue como, a regañadientes, Gabo aceptó. Cuando Tito y Gabo se sentaron a mezclar frutas, algo mágico empezó a suceder.
Los otros peces se acercaron, intrigados, y pronto el pez globo olvidó su actitud de grandeza.
"Quizás ser amigo es más importante que ser grande" - reflexionó Gabo, sonriendo por primera vez.
Desde aquel día, Gabo se convirtió en un gran compañero de juegos en Arribeños, y Tito pronto se volvió el tiburón más querido de la playa. Miss Kilo, la vieja tortuga sabia, siempre decía: "A veces, el poder de la amistad y un batido bien hecho pueden cambiar el corazón de los más temidos".
Y así, Tito enseñó a sus amigos que los cambios pueden ser sorprendentes, llenos de gusto, y que la amistad puede florecer en los lugares menos esperados, incluso entre un tiburón vegano y un pez globo. Todos aprendieron que ser diferente es algo para celebrar, y que la vida, con un poco de creatividad, puede ser deliciosa y sorprendente.
Cada tarde, el grupo se reunía a disfrutar de batidos y risas, y el mar de Arribeños se llenó, no solo de burbujas, sino de amor, amistad y una nueva forma de ver el mundo.
FIN.