El Regreso Mágico a la Escuela
Era un hermoso lunes de enero y el sol brillaba intensamente en el cielo. Los niños de primero grado estaban emocionados, ya que ese día regresaban a la escuela después de las vacaciones de Navidad. Algunos se habían divertido mucho, otros habían disfrutado de las fiestas con sus familias, pero todos, sin excepción, estaban listos para reencontrarse con sus amigos.
María, una niña de cabellos rizados y ojos brillantes, llegó a la escuela saltando de alegría.
"¡Mirá, Lucas! Ya estamos de vuelta en el cole!" - exclamó mientras abrazaba a su mejor amigo.
Lucas, con su típica sonrisa y su gorra azul, le respondió:
"Sí, María. ¡Extrañaba mucho a la maestra Ana y a todos!"
Cuando entraron al aula, el ambiente era especial. La maestra Ana había decorado el aula con estrellas y copos de nieve de cartón, recordando las fiestas y el espíritu navideño que aún persistía en el aire.
"¡Bienvenidos de nuevo, mis pequeños!" - dijo la maestra con una sonrisa cálida. "Hoy haremos algo muy emocionante. Como no hemos tenido tiempo para hablar de nuestras vacaciones, quiero que cada uno comparta algo que haya hecho. Pero también quiero que cada uno busque un objeto que les recuerde sus experiencias. ¿Pueden hacerlo?"
Los niños se miraron, algunos un poco confundidos. ¿Un objeto?"Yo tengo una esfera que hice con mi papá" - dijo Juan, quien siempre había sido muy creativo. "La pintamos juntos y quedó hermosa."
"Yo traje un trozo de papel que tenía un dibujo que hice de Santa Claus" - compartió Sofía, levantando la mano con entusiasmo. "Me gusta porque me recuerda a las fiestas."
Finalmente, era el turno de María, que buscó en su mochila y sacó un pequeño muñeco de nieve de juguete hecho de algodón.
"Este es mi amigo de nieve. Lo hice en un taller de manualidades con mi abuela. Me recuerda lo divertido que fue jugar en la nieve durante las vacaciones" - explicó con orgullo.
La maestra Ana sonrió y dijo:
"¡Qué hermoso, María! Todos sus objetos cuentan una historia. ¿Quieren hacer algo divertido ahora?"
Los niños asintieron con entusiasmo.
"Vamos a crear un mural gigante en la pared! Cada uno de ustedes dibujará o escribirán algo sobre sus vacaciones junto a sus objetos. Luego lo pegaremos todo en un solo lugar. Será un mural del regreso!" - les anunció, dejando a todos intranquilos pero emocionados.
Los niños se pusieron manos a la obra y comenzaron a dibujar. Era un caos hermoso. Colores por aquí, dibujos de alegría por allá, risas resonando por el aula. Cada uno mostraba su personalidad a través de sus creaciones.
Pero cuando se disponían a colgar los dibujos en el mural, ocurrió algo inesperado. Algunos trabajos de Lucas y Sofía se cayeron y se rompieron.
"¡Oh no!" - dijo Sofía con lágrimas en los ojos. "¡Se rompió mi dibujo de Santa!"
"No te preocupes, Sofía" - dijo Lucas tratando de consolarla. "Podemos pegarlo con cinta. Así va a estar bien. Además, siempre podemos hacer otro mismo."
María se acercó, viéndola triste, y le dijo:
"¿Qué tal si hacemos una nueva tradición? Podemos hacer un dibujo cada año y ver cómo mejoramos. Así que pensalo como una oportunidad para ser aún más creativa."
Sofía sonrió mientras Lucas hacía magia con la cinta adhesiva, arreglando su dibujo.
Al final del día, el mural estaba listo y los niños estaban muy satisfechos. La maestra Ana los miraba llena de orgullo.
"Este mural representa no solo sus vacaciones, sino también lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos. No importa si algo sale mal, lo que importa es que siempre podemos encontrar una solución y volver a empezar. ¿Qué les parece?"
Los niños gritaron un "¡Sí!" a coro.
Desde aquel día, cada vez que volvían de las vacaciones, los alumnos de primero grado no sólo compartían sus experiencias, sino que también llevaban un pequeño objeto que les recordaba a cada uno la importancia de la amistad, la creatividad y la colaboración.
Así, con caras sonrientes y corazones contentos, los niños aprendieron que regresar a la escuela era siempre una nueva aventura, llena de oportunidades y recuerdos para crear juntos.
Y así, cada regreso a clases se convirtió en un mágico encuentro que esperaban con ansias, cada año.
FIN.