El Reino de la Amistad



En un pequeño pueblo llamado Alegría, vivían dos amigas inseparables: Dina y Lissa. Ellas compartían todo, desde juegos hasta secretos, y se divertían juntas todos los días.

Un día, mientras paseaban por la plaza del pueblo, escucharon un anuncio emocionante: ¡habría un reinado en Alegría! Las chicas se miraron con entusiasmo, sabiendo que sería una oportunidad única para demostrar sus talentos y habilidades. "Dina, yo voy a ganar ese reinado", exclamó Lissa con determinación.

Dina sonrió y le dijo: "¡Oh no! Ese reinado es mío. ¡Voy a brillar como una estrella!"Lissa se sintió herida por las palabras de su amiga. ¿Cómo podía decirle algo así? Se alejó molesta sin decir una palabra más.

Los días pasaron y la tensión entre Dina y Lissa era evidente. Evitaban hablar sobre el reinado o pasar tiempo juntas como solían hacerlo. El ambiente en Alegría estaba enrarecido por la disputa entre las dos amigas.

Una noche, Dina decidió que era hora de arreglar las cosas con Lissa. Preparó una caja llena de golosinas favoritas de su amiga y fue a buscarla a su casa.

Al ver a Dina en la puerta con la caja de golosinas, Lissa se sorprendió pero también se sintió conmovida por el gesto de su amiga. "Lissa, sé que te lastimé con lo que dije sobre el reinado. No quería hacerte sentir mal.

Eres mi mejor amiga y nuestra amistad es más importante que cualquier competencia", dijo Dina sinceramente. Lissa abrazó a Dina emocionada y le dijo: "Yo también me siento mal por haberme molestado tanto contigo. Gracias por este gesto tan dulce".

Las dos chicas hicieron las paces esa noche mientras compartían las golosinas y recordaban todas las aventuras que habían vivido juntas en Alegría. El día del reinado llegó finalmente y Dina decidió retirarse de la competencia para apoyar a su amiga Lissa.

Juntas disfrutaron del evento animando a los demás participantes e incluso colaborando en algunas actividades organizadas para recaudar fondos para obras benéficas en el pueblo.

Al final del día, ambas chicas recibieron coronas simbólicas como muestra de su amistad inquebrantable e inspiradora para todos en Alegría. Desde entonces, Dina y Lissa aprendieron que la verdadera competencia no está en ganar títulos o premios, sino en mantener viva una amistad genuina basada en el respeto mutuo, la empatía y el apoyo incondicional.

FIN.

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