El Reino de la Amistad
En un hermoso reino, rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos, vivían un Rey y una Reina que gobernaban con amor y justicia. Este reino era conocido por sus bellos jardines, donde los animales vivían en armonía. Desde los conejitos saltarines hasta los sabios búhos, todos eran felices.
Un día, el Rey convocó a todos los animales al gran salón del palacio.
"Queridos amigos, he decidido organizar un torneo para celebrar nuestra amistad. El que logre demostrar su habilidad en la competencia será premiado con una gran fiesta en su honor" - anunció el Rey con entusiasmo.
Los animales comenzaron a chillar de emoción.
"¡Yo puedo correr rápido!" - gritó el Conejo.
"¡Y yo puedo saltar alto!" - añadió la Rana.
"¡Pero yo puedo volar más alto que todos!" - vociferó el Pájaro.
La Reina, al ver la emoción en los ojos de los animales, pero también un poco de competencia, decidió intervenir.
"Queridos amigos, no olvidemos que el verdadero espíritu del torneo es celebrar nuestra amistad y no solo demostrar quién es el mejor."
"¡Sí, sí! ¡Amistad!" - repitieron todos los animales, aunque la competencia ya estaba en sus corazones.
El día del torneo llegó. Los animales formaron equipos: los conejos, las ranas y los pájaros. Al principio, todos estaban muy emocionados, pero a medida que avanzaban las competencias, comenzaron a surgir problemas. Durante la carrera, el Conejo ganó, pero vio que su amigo la Rana estaba triste porque se había caído.
"¡Espera! No es justo que yo solo me lleve el premio, deberíamos celebrarlo juntos" - dijo el Conejo mientras ayudaba a la Rana a levantarse.
Mientras tanto, el Pájaro había hecho trampa y voló más alto, pero se dio cuenta de que sus amigos habían perdido la diversión del juego.
"¡Alto! Cometí un error. ¡La amistad es más importante que ganar!" - gritó el Pájaro, descender ante todos.
Finalmente, el Rey y la Reina se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo.
"Queridos animales, el verdadero ganador hoy son todos ustedes, porque han aprendido que la amistad es mucho más valiosa que cualquier premio" - anunció la Reina.
Todos se miraron y comenzaron a reír.
"¡Sí, la amistad es mejor que cualquier competencia!" - exclamó el Conejo.
"¡Organizamos una fiesta juntos!" - sugirió la Rana, cargando también con la tristeza en su alma.
Así, decidieron celebrar el gran banquete al aire libre, donde cada uno aportó algo para compartir. Había zanahorias, hojas verdes, semillas y deliciosas frutas. Bailaron, rieron y disfrutaron, recordando que en este reino maravilloso, lo más importante era que todos vivían en paz, ayudándose y cuidándose mutuamente.
Desde ese día, en el Reino de la Amistad, se organizó un torneo cada año, no para competir, sino para celebrar la unión y la importancia de la confianza entre todos sus habitantes.
FIN.