El reino de la igualdad



En el lejano reino de Fantasilandia, las princesas y los príncipes vivían en un mundo donde todos tenían roles preestablecidos.

Las princesas debían aprender a coser, bordar y servir té, mientras que los príncipes se dedicaban a la espada, la equitación y la caza. Pero un día, la reina Sofía decidió que era hora de un cambio.

Convocó a todas las princesas y príncipes al castillo y les habló sobre la importancia de la igualdad de género y el respeto por las habilidades de cada individuo. "Hijos e hijas, a partir de hoy, en nuestro reino todos tendrán las mismas oportunidades y podrán realizar cualquier tarea que deseen", proclamó la reina.

"Pero mamá, ¿qué pasa si a las princesas no les gustan solo las tareas de princesas?", preguntó la pequeña princesa Valentina. La reina sonrió y respondió: "Entonces podrán hacer cualquier trabajo que deseen, así como los príncipes también podrán realizar las tareas del hogar y cuidar del castillo".

Al escuchar estas palabras, la pequeña Valentina se sintió emocionada y decidió convertirse en la primera princesa herrera del reino. Mientras tanto, el príncipe Mateo descubrió su pasión por la jardinería y se convirtió en el jardinero real.

Con el tiempo, todos los jóvenes del reino encontraron sus verdaderas vocaciones y aprendieron a trabajar juntos sin importar sus roles de género.

La reina Sofía pudo ver cómo su reino se volvía más unido que nunca, con princesas y príncipes colaborando de igual a igual en cualquier tarea que se les presentara. Y así, el reino de Fantasilandia se convirtió en un ejemplo de igualdad y respeto para todos los demás reinos del mundo mágico.

FIN.

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