El Reino de la Valiente Amistad
Había una vez en un reino lejano un valiente príncipe llamado Mateo, una dulce princesa llamada Sofía y un rey sabio y bondadoso que gobernaba con justicia.
En las afueras del castillo, vivía una malvada bruja que siempre estaba tramando planes para hacer el mal en el reino. Un día, la bruja lanzó un hechizo sobre el castillo y convirtió al rey en piedra. La princesa Sofía lloraba desconsolada al ver a su padre en esa terrible situación.
El príncipe Mateo decidió que debían buscar ayuda para romper el hechizo. "Princesa, no llores. Juntos encontraremos una solución", dijo el valiente príncipe. Los dos jóvenes emprendieron entonces un viaje en busca de respuestas.
En su camino se encontraron con un dragón amigable llamado Fuego, quien se ofreció a acompañarlos y ayudarlos en su misión. "¿Qué les pasa a ustedes jóvenes?", preguntó Fuego con curiosidad.
"La bruja ha convertido a mi padre en piedra y necesitamos encontrar la manera de romper el hechizo", explicó tristemente la princesa Sofía. El dragón Fuego los guió hasta lo más profundo del bosque donde habitaba la sabia anciana Luna, conocida por ser experta en magia antigua.
Luna escuchó atentamente la historia de los jóvenes y les habló sobre la única manera de romper el hechizo: encontrar tres cristales mágicos escondidos en lugares peligrosos.
"Deben tener coraje y trabajar juntos para superar los desafíos que encontrarán", advirtió Luna antes de despedirlos con una sonrisa esperanzadora. El primer cristal estaba custodiado por un feroz gigante que vivía en lo alto de una montaña nevada. Con valentía y astucia, lograron engañar al gigante y obtener el primer cristal.
El segundo cristal se encontraba bajo el mar, protegido por criaturas marinas malignas. Gracias a la valentía del príncipe Mateo nadando junto al dragón Fuego, lograron recuperarlo sano y salvo.
Finalmente, llegaron al último lugar donde se hallaba el tercer cristal: dentro de la cueva oscura de la bruja malvada. Con sigilo e inteligencia lograron entrar sin ser vistos pero fueron descubiertos justo cuando estaban a punto de alcanzarlo.
La bruja rió con crueldad mientras conjuraba sus poderes oscuros para detenerlos. "¡No podrán vencerme! ¡Este castillo será mi nuevo hogar!" gritaba con voz estridente mientras lanzaba rayos oscuros hacia ellos.
El príncipe Mateo recordó las palabras de Luna y comprendió que debían actuar juntos como equipo si querían tener alguna posibilidad contra la bruja. "¡Sofía! Toma mi mano ¡Fuego! Lanza tu fuego contra ella ahora mismo!" ordenó decidido mientras enfrentaban juntos a la malvada bruja. Con trabajo en equipo lograron finalmente derrotarla y recuperar el último cristal.
"¡Lo hemos logrado!", exclamaron felices mientras salían victoriosos de aquella cueva oscura cargando consigo los tres cristales mágicos reunidos nuevamente después de tanto esfuerzo conjunto.
Una vez reunidos los tres cristales frente al rey petrificado, estos brillaron intensamente liberándolo del hechizo maligno restituyendo así su forma humana ante los ojos emocionados de todos.
Desde ese día, el reino entero celebraría cada año aquel día como muestra de gratitud hacia aquel valiente trío: El príncipe Mateo, la princesa Sofia, y su amigo fiel, Fuego quienes demostraron cómo trabajando juntos podían superarse cualquier obstáculo incluso uno tan grande como aquella malevola Bruja.
FIN.