El Reino de las Figuras Geométricas
En un colorido y animado mundo lleno de formas, ángulos y líneas, existía un reino mágico llamado Geometrópolis. Este lugar estaba habitado por figuras geométricas de todo tipo: triángulos simpáticos, cuadrados amables, círculos alegres y rectángulos trabajadoras. A pesar de ser tan diferentes, todos los habitantes compartían un gran amor por la geometría y la amistad.
Un día, el rey Cuadrado convocó a todos los ciudadanos para discutir un problema que acechaba su reino.
"Queridos habitantes," comenzó el rey, con su voz profunda. "He escuchado rumores de que las Líneas Peligrosas, figuras fuera de Geometrópolis, están causando problemas en el camino hacia la montaña de los Ángulos."
Los habitantes murmuraron preocupados.
"¿Qué haremos, majestad?" preguntó un Triángulo muy pequeño.
"¡No podemos dejar que interfieran con nuestro festival de la Simetría!" gritó un Círculo, girando emocionado.
El rey Cuadrado pensó por un momento.
"Necesitamos una misión para investigar qué está sucediendo y proteger nuestra festividad. Cualquiera que esté dispuesto a ayudarnos, ¡que levante su figura!"
El pequeño Triángulo levantó su punta.
"Yo iré, su majestad. Puedo ser ágil y moverme rápidamente."
A su lado, el Círculo hizo un movimiento perfecto.
"Y yo también quiero ir, puedo rodar y ser rápido como un rayo!"
Al escuchar esto, el Rectángulo sólido intervino:
"¡Yo les acompañaré! Tengo una gran cantidad de fuerza para protegerlos."
Así, el rey Cuadrado aprobó la misión y les entregó un mapa hecho de papel milimétrico con instrucciones para navegar a través de las Líneas Peligrosas.
"Recuerden, no importa cuán diferentes sean, juntos forman un equipo increíble. Confíen uno en el otro," les recordó el rey con una sonrisa protuberante.
Los tres amigos partieron al amanecer. Al principio, todo parecía tranquilo, pero pronto se encontraron en una serie de caminos llenos de líneas rectas que crujían y se movían como serpientes.
"¿Ves esas líneas? Son peligrosas y pueden atraparnos," dijo el Triángulo.
"No las toques, debemos ser cuidadosos," advirtió el Rectángulo.
A medida que avanzaban, los amigos utilizaron sus habilidades únicas para cruzar el camino. El Triángulo saltaba ágilmente sobre las líneas, el Círculo rodaba en círculos, creando una distracción, mientras que el Rectángulo empujaba a sus amigos hacia adelante, protegiéndolos por completo.
Finalmente, llegaron al borde de un acantilado y, allí debajo, vieron un espectáculo sorprendente. Las Líneas Peligrosas no eran malvadas; estaban tristes porque no tenían amigos ni comprendían su forma única.
"¡Hola!" gritó el Círculo. "¿Por qué son tan solitarias?"
- Las Líneas Peligrosas respondieron: "Nosotros siempre hemos querido jugar en Geometrópolis, pero todos nos evitan porque creen que somos peligrosas."
El Triángulo se acercó con valentía y les dijo:
"Quizás podemos jugar juntos. Eres diferentes, pero eso no significa que no podamos ser amigos."
Con cada figura promoviendo un diálogo y entendimiento entre todos, las Líneas Peligrosas fueron menos amenazantes. Los amigos decidieron volver a Geometrópolis con la intención de hablar sobre lo que habían aprendido.
Regresaron al reino donde el rey Cuadrado los recibió lleno de entusiasmo.
"¿Qué sucedió allá?"
"Las Líneas Peligrosas solo querían amistad," explicó el Círculo. "Están listas para unirse a nuestro festival de la Simetría!"
"¡Eso es maravilloso!" exclamó el rey cautivado.
El festival fue un éxito, y por primera vez, figuras tan diversas como Triángulos, Círculos y Líneas Peligrosas bailaron juntas, celebrando la unidad en la diversidad.
Desde ese día, Geometrópolis se convirtió en un lugar donde todos eran bienvenidos, independientemente de su forma, y las figuras aprendieron que la verdadera belleza reside en la diversidad.
Y así, con gran alegría y amistad, vivieron felices para siempre.
FIN.