El Reino de los Gnomos y el Ogro Amistoso



En un lejano reino, donde los gnomos y las brujas convivían en armonía, había una pequeña aldea llena de árboles mágicos y flores de colores brillantes. En esta aldea vivía un ogro llamado Ogro, que era diferente a lo que todos imaginaban. Aunque su apariencia era temible, Ogro tenía un corazón enorme y siempre deseaba hacer amigos.

Un día, mientras Ogro paseaba por el bosque, escuchó un llanto sutil. Intrigado, se acercó y encontró a una princesa llamada Sofía, rodeada de gnomos que intentaban consolarla.

"¿Por qué lloras, princesa?" - preguntó Ogro, agachando su gran cabeza.

"He perdido mi collar mágico, y sin él, no puedo volver a casa ni ser la princesa que todos esperan" - sollozó Sofía.

Los gnomos, que eran los mejores buscadores del bosque, se unieron a Ogro y Sofía en la búsqueda del collar. Mientras recorrían el bosque, uno de los gnomos, llamado Pinto, recordó que la bruja Margarita, conocida por sus travesuras, a veces recolectaba objetos mágicos.

"Tal vez la bruja tenga tu collar, princesa" - sugirió Pinto.

"Pero la bruja es peligrosa, ¿no?" - dijo Sofía, algo asustada.

"No, ella no es mala, solo un poco traviesa. Nos puede ayudar... si le hacemos una buena oferta" - explicó Ogro, con una sonrisa.

Así que se dirigieron a la cueva de la bruja. Al llegar, la bruja Margarita estaba enfrente, riendo mientras mezclaba colores en su caldero.

"¿Qué quieren, criaturitas del bosque?" - preguntó la bruja, con una mirada curiosa.

"Hemos venido en busca del collar mágico de la princesa" - dijo Ogro. "¿Lo has visto?".

"¿Acaso piensan que se lo he robado?" - replicó Margarita, cruzando sus brazos. "Tal vez lo tengamos aquí, pero solo lo devolveré si hacen algo por mí primero".

Sofía, muy preocupada, preguntó:

"¿Qué necesitas, señora bruja?".

"Necesito ayuda para preparar una poción especial. Necesito flores de la montaña más alta y agua del río más rápido del reino" - dijo la bruja con picardía.

Sin dudarlo, Ogro, Sofía y los gnomos partieron hacia la montaña. Al llegar, se enfrentaron a una fuerte tormenta. Pero Ogro utilizó su fuerza para proteger a todos, e incluso se puso en el camino de un gran árbol caído para abrir una senda.

Una vez que lograron recolectar las flores, el siguiente desafío fue el río. Al llegar, vieron que la corriente era muy fuerte.

"No podemos cruzar así" - dijo Pinto, temerosamente.

"Yo puedo ayudar" - dijo Ogro, con determinación. "Voy a usar mi fuerza para construir un puente con troncos".

Mientras construía el puente, Sofía y los gnomos le alentaron cantando:

"¡Eres el mejor amigo, fuerte y valiente!".

Ogro sonrió al escuchar sus palabras. Con trabajo en equipo, lograron cruzar el río y regresaron con el agua.

De vuelta en la cueva de la bruja, entregaron los ingredientes necesarios.

"Muy bien, pequeños aventureros, ahora puedo hacer la poción" - exclamó Margarita, mientras revuelvía todo. "Pero antes de que se lo lleve, necesito que me prometan que no me juzgarán por lo que soy".

Sofía, comprendiendo la inseguridad de la bruja, dijo suavemente:

"No te juzgaremos, Margarita. Todos merecemos tener amigos".

La bruja sonrió y les entregó el collar mágico, ahora resplandeciente.

"Gracias, princesita. Siempre estaré cerca si necesitas algo" - dijo Margarita con dulzura.

Sofía se lo puso rápidamente, y un brillo radiante came a su vida.

"¡Estoy feliz de volver a ser yo! Gracias, amigos" - celebró la princesa con abrazos.

Ogro, al ver la felicidad de Sofía, sintió que finalmente había encontrado su lugar en el mundo, rodeado de amigos. Desde aquel día, la bruja Margarita se unió a ellos en sus aventuras, demostrando que la verdadera amistad es más fuerte que cualquier prejuicio.

Así, el reino de gnomos, la princesa y el ogro se convirtió en un lugar lleno de risas, amistad y, por supuesto, magia.

FIN.

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