El reloj del futuro


Cami, Juli, Flor, Santi y Agus estaban jugando en la quinta de la abuela cuando encontraron un extraño reloj. Se acercaron a verlo y se dieron cuenta de que tenía algo especial.

El reloj tenía una pantalla que mostraba el año actual y un botón para avanzar en el tiempo. - ¡Miren esto! -exclamó Cami-. Podemos viajar al futuro con este reloj. - ¿En serio? -preguntó Juli emocionada-.

¡Vamos a probar! Los cinco nietitos presionaron el botón del reloj y de repente se encontraron en una ciudad futurista llena de edificios altos y voladores automóviles. - ¡Guau! Esto es increíble -dijo Flor asombrada-. Nunca había visto algo así.

Mientras caminaban por la ciudad, notaron que todo parecía perfecto: no había basura en las calles, todo estaba limpio y ordenado. Pero también notaron algo extraño: nadie parecía estar disfrutando su vida. - Hola -dijo Santi acercándose a un hombre que pasaba por ahí-.

¿Cómo estás? El hombre lo miró fríamente sin responder nada y siguió caminando como si nada hubiera pasado. - Qué extraño -comentó Agus desconcertado-. Nadie parece ser feliz aquí.

Decidieron seguir explorando la ciudad del futuro para tratar de entender qué estaba pasando. Encontraron una plaza donde varias personas estaban reunidas escuchando a un orador hablar sobre cómo debían vivir sus vidas para alcanzar la perfección absoluta. - Esto es horrible -dijo Cami-.

Nadie debería decirte cómo vivir tu vida. - Tienes razón -asintió Juli-. Debemos ser libres para hacer lo que queramos. De repente, el reloj empezó a parpadear y los nietitos se dieron cuenta de que era hora de volver al presente.

Al regresar a la quinta, los cinco niños estaban emocionados por haber explorado el futuro, pero también preocupados por lo que habían visto. - Aprendimos algo importante hoy -dijo Flor-.

La felicidad no está en la perfección, sino en la libertad de ser uno mismo. Los cinco nietitos guardaron el reloj con cuidado y prometieron usar su experiencia para hacer un mundo mejor.

Y así, cada vez que miraban el reloj recordaban su aventura y se inspiraban para seguir luchando por sus sueños y su libertad.

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