El reloj encantado de Lili



Había una vez una niña llamada Lili, que estaba muy emocionada porque se acercaba su cumpleaños.

Ya tenía todo planeado: invitó a todos sus amigos, eligió el pastel de chocolate con fresas y pensó en los juegos que jugarían juntos. Pero había un pequeño problema: Lili siempre perdía la noción del tiempo.

El día de su cumpleaños llegó y Lili estaba tan emocionada que comenzó a jugar y a divertirse sin darse cuenta de que el tiempo pasaba rápidamente. Sus amigos llegaron y comenzaron a disfrutar de las delicias del cumpleaños, pero Lili seguía jugando sin parar. "¡Lili, deberías abrir tus regalos!"- le recordó su mamá sonriendo.

"¡Tienes razón, mamá! ¡Voy a abrirlos ahora mismo!"- exclamó Lili mientras corría hacia la mesa llena de regalos. Sin embargo, cuando abrió el primer regalo, se dio cuenta de que era un reloj despertador especial para niños.

Lili lo miró sorprendida y preguntó:"¿Por qué me dieron un reloj despertador? ¿Acaso no entienden que hoy es mi cumpleaños?"-Su mamá le explicó dulcemente:"Lili, te conocemos muy bien. Sabemos lo mucho que te gusta jugar y divertirte, pero también es importante aprender a administrar tu tiempo.

"-Lili frunció el ceño confundida. "Pero mamá, ¿por qué necesito administrar mi tiempo? Quiero seguir jugando. "-Su mamá le explicó pacientemente:"Querida, administrar el tiempo significa saber cuánto tiempo dedicamos a cada actividad.

Si no lo hacemos, podríamos perder momentos especiales o hacer las cosas de manera apresurada. "-Lili comenzó a reflexionar sobre lo que su mamá le había dicho y decidió darle una oportunidad al reloj despertador.

Lo colocó en su muñeca y se dio cuenta de que era un reloj mágico: tenía la capacidad de detener el tiempo cuando ella quisiera. Con su nuevo reloj, Lili aprendió a establecer horarios para sus actividades diarias.

Se dio cuenta de que si jugaba durante mucho tiempo sin descanso, se cansaba rápidamente y no disfrutaba tanto como cuando tomaba pequeñas pausas para descansar. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Lili miró su reloj y vio que estaba llegando la hora de irse a casa.

Pero esta vez no quería detener el tiempo; quería aprovechar cada minuto junto a sus amigos. "Chicos, ¿qué les parece si organizamos otro encuentro para seguir divirtiéndonos?"- propuso Lili emocionada.

Sus amigos estuvieron de acuerdo y todos prometieron encontrarse nuevamente muy pronto. Lili entendió que aunque el tiempo pasara rápido, siempre habría nuevas oportunidades para disfrutar juntos. Desde aquel día, Lili aprendió a valorar cada momento y a administrar mejor su tiempo.

Ya no perdía la noción del mismo porque sabía que había momentos para jugar y momentos para hacer otras cosas importantes en su vida.

Y así fue como Lili logró convertir algo tan simple como un reloj despertador en una herramienta mágica que le enseñó a disfrutar cada instante de su vida.

FIN.

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