El reloj mágico del bosque


Había una vez, en un hermoso bosque encantado, cuatro amigos muy especiales: Conejito, Perrito, Gatito y Pajarito. Ellos vivían juntos en una casita de madera rodeada de flores y árboles.

Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un sonido extraño. Era como un "tic-tac" que venía de algún lugar cercano. Los cuatro amigos se miraron con curiosidad y decidieron seguir el sonido para descubrir qué era.

Caminaron por el bosque siguiendo el sonido hasta llegar a un viejo reloj abandonado. Conejito dijo emocionado: "¡Miren lo que encontré! ¡Es un reloj!" Perrito saltó felizmente y ladró: "¡Guau-guau! ¡Qué divertido!"Gatito se acercó al reloj y tocó las manecillas haciendo un ruido de —"tictac" .

Luego exclamó: "-Miau-miau- Esto es maravilloso". Pajarito voló alrededor del reloj trinando alegremente: "-Pio-pio- ¡Qué descubrimiento tan asombroso!". Los amigos decidieron llevar el reloj a su casita para estudiarlo mejor.

Pasaron días enteros observando cómo funcionaba y aprendiendo sobre los números y las manecillas que giraban sin cesar. Un día, mientras estudiaban el reloj, notaron algo diferente. Las manecillas comenzaron a moverse más rápido y emitían un sonido distinto: "tic-toc".

Los amigos se miraron preocupados e intentaron detenerlo, pero no pudieron. Conejito dijo con tristeza: "-Snif-snif- Ya no podemos jugar si el reloj está así". Perrito asintió y añadió: "-Guau-guau- Debemos encontrar una solución". Gatito sugirió: "-Miau-miau- Quizás alguien en el pueblo pueda ayudarnos".

Los amigos se dirigieron al pueblo más cercano y buscaron a Don Relojero, un hombre sabio que conocía todo sobre los relojes. Le contaron su problema y le mostraron el reloj que ya no dejaba de hacer "tic-toc".

Don Relojero examinó detenidamente el reloj y sonrió. Dijo: "-Mis pequeños amigos, este reloj necesita amor y cariño-. Deben darle cuerda todos los días para que funcione correctamente".

Los amigos agradecieron a Don Relojero por su ayuda y regresaron rápidamente a la casita del bosque. Desde ese día, cada mañana daban cuerda al reloj mientras decían en coro: "¡Amor-cariño-amistad-felicidad!". Con sus cuidados diarios, el reloj volvió a funcionar perfectamente.

Los amigos aprendieron la importancia de cuidar las cosas que amamos y cómo trabajar juntos para solucionar problemas.

Desde entonces, Conejito, Perrito, Gatito y Pajarito siguieron jugando felices en su casita del bosque mientras escuchaban el dulce sonido del tic-tac del viejo reloj que les recordaba lo valiosa que es la amistad. Y así termina esta historia llena de aventuras, enseñanzas y sonidos mágicos.

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