El Reno Solidario
Había una vez, en un bosque cubierto de nieve, un reno llamado Reni. Reni era un lindo reno de pelaje marrón y cuernos grandes, pero lo que más le preocupaba era que no tenía amigos. Se acercaba la Navidad y su corazón estaba lleno de tristeza porque sabía que no tendría a nadie con quien compartir la alegría de abrir sus nuevos regalos.
La noche de Nochebuena, mientras los copos de nieve caían suavemente del cielo, Reni decidió salir a dar un paseo. Con cada paso que daba, su tristeza aumentaba.
"¿Por qué no tengo amigos?" - se preguntó. "¿Cómo voy a compartir mis juguetes nuevos?"
De repente, escuchó un murmullo a lo lejos. Intrigado, decidió investigar. Se acercó y vio a un grupo de renos que estaban reunidos alrededor de un árbol viejo. Se notaba que estaban tristes, y Reni no pudo evitar preguntar:
"¿Qué les pasa, amigos? ¿Por qué están tan tristes?"
Uno de los renos, con un moño rojo en su cuello, levantó la mirada y respondió:
"No tuvimos regalos este año. Nadie se acordó de nosotros. Sé que es Navidad y todos deberían estar felices, pero nosotros no sabemos qué hacer."
Reni sintió un nudo en el corazón. No podía creer que otros renos estuvieran pasando por lo mismo. Entonces, una idea brillante brilló en su mente:
"¡Espera! Yo tengo muchos juguetes y regalos. ¿Por qué no los comparto con ustedes?"
Los renos miraron a Reni con sorpresa.
"¿De verdad harías eso?" - preguntó el reno del moño rojo, con un destello de esperanza en sus ojos.
Reni sonrió.
"Claro que sí. ¡La Navidad es para compartir! Así que, vamos a mi casa y elijamos los mejores juguetes."
Los renos se alegraron y siguieron a Reni. En su casa, Reni sacó una gran bolsa llena de juguetes: pelotas de colores, trenes de madera, y hasta un juego de mesa gigante.
"Elijan lo que más les guste" - dijo Reni, emocionado al ver las caras de felicidad de sus nuevos amigos.
Los renos comenzaron a explorar los regalos. Cada uno elegía un juguete y reían como si fuera el mejor día de sus vidas. Reni sintió que su tristeza se desvanecía al verlos tan felices.
"Gracias, Reni. ¡Esto es lo mejor de todo!" - dijo la renita que eligió una marioneta de peluche. "Nunca pensamos que recibiríamos un regalo en Navidad."
"No olviden que hoy no solo se trata de juguetes, sino de la alegría de estar juntos" - añadió Reni, con una gran sonrisa.
Pasaron la noche jugando y divirtiéndose. Reni se dio cuenta de que había encontrado amigos, y lo más importante, amigos con los que podía compartir su felicidad. La noche pasó volando, llena de risas, juegos y relatos divertidos.
A medida que el sol salió en la mañana de Navidad, los renos se abrazaron, sabiendo que habían creado un lazo especial.
"A partir de hoy, somos amigos para siempre" - proclamó el reno del moño rojo.
Y así, Reni descubrió que la verdadera Navidad no era solo sobre recibir regalos, sino también sobre compartir, dar y ser parte de algo especial. Desde aquel día, el bosque donde vivían los renos se llenó de risas y nuevas amistades, gracias a la valentía y generosidad de un reno que decidió compartir su alegría.
Y así, el reno que una vez estuvo triste, ahora era el reno más feliz de todo el bosque, rodeado de amigos.
FIN.