El rescate de Flor y Pelusa


Flor era una niña alegre y curiosa que vivía en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza. Desde muy pequeña, Flor tenía una gran pasión por los gatos.

Le encantaba observarlos jugar, acariciarlos y escuchar su ronroneo suave y reconfortante. Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, encontró a un gatito blanco y gris abandonado bajo un árbol. El pobrecito maullaba con tristeza y parecía estar hambriento.

Sin dudarlo, Flor lo tomó en brazos y decidió llevárselo a casa. Al llegar a su hogar, sus padres se sorprendieron al ver al nuevo integrante de la familia. Pero al ver la alegría en los ojos de Flor, no pudieron resistirse a quedarse con el gatito.

Lo llamaron —"Pelusa"  por su suave pelaje y desde ese día se convirtió en el compañero inseparable de Flor. Los días pasaban y Flor cuidaba con amor a Pelusa.

Lo alimentaba, jugaba con él y le construyó una cómoda cama cerca de la ventana para que disfrutara del sol de la tarde. La conexión entre ambos era tan fuerte que parecían entenderse sin necesidad de palabras.

Una tarde, mientras Flor jugaba en el jardín con Pelusa, vio a lo lejos un árbol muy alto donde un pajarito había quedado atrapado entre las ramas. El pobre animalito piaba angustiado sin poder volar. Sin pensarlo dos veces, Flor decidió ayudarlo.

Corrió hacia el árbol e intentó treparlo, pero era demasiado alto para ella. Fue entonces cuando recordó que los gatos son expertos escaladores. Se acercó a Pelusa y le dijo: "-¡Pelusa! ¿Podrías ayudarme a rescatar al pajarito? Está atrapado en lo alto del árbol.

" Pelusa pareció entender las palabras de Flor y rápidamente trepó ágilmente hasta alcanzar al pajarito asustado. Con cuidado lo tomó entre sus dientes sin lastimarlo y bajó lentamente hasta entregarlo sano y salvo en manos de Flor.

La emoción invadió el corazón de la niña al ver cómo Pelusa había salvado al pajarito indefenso.

A partir de ese día, Flor entendió que no importa cuán pequeño seas o cuántas patas tengas; siempre puedes hacer grandes cosas si tienes amor en tu corazón. Desde entonces, la historia del rescate se convirtió en leyenda en el pueblo. Todos admiraban la valentía de Flor y la astucia de Pelusa para trabajar juntos en equipo por una buena causa.

Flor aprendió una gran lección aquel día: nunca subestimar el poder del amor y la amistad verdadera.

Y es así como ella siguió creciendo rodeada del cariño de Pelusa y todos los animales del pueblo que encontraban refugio en su dulce corazón.

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