El rescate de la mariposa mágica


Era un día soleado y caluroso en el barrio de Mataderos. Juan, un niño curioso y aventurero, caminaba por la calle cuando de repente vio un globo rojo flotando en el cielo. -¡Mamá! ¡Mira ese globo! -exclamó Juan emocionado.

-Sí, es muy bonito -respondió su mamá sonriendo. Juan no podía resistirse a la tentación de atrapar ese globo. Corrió detrás de él por las calles del barrio hasta que llegó a un parque cercano.

Allí, el globo se quedó atrapado en una rama alta de un árbol. -¡Oh no! ¿Cómo voy a hacer para sacarlo? -se lamentó Juan. Fue entonces cuando notó algo extraño: dentro del globo había una pequeña mariposa revoloteando.

Juan se acercó con cuidado al árbol y extendió su mano hacia la mariposa. La mariposa voló hacia él y se posó delicadamente en su mano. Era una hermosa mariposa amarilla con manchas negras en las alas.

-¿Cómo llegaste ahí adentro? -preguntó Juan a la mariposa mientras la observaba detenidamente. La mariposa no respondió pero parecía estar feliz allí con él. De repente, comenzaron a soplar fuertes ráfagas de viento que hicieron temblar el árbol donde estaba atrapado el globo.

-¡Cuidado! -gritó Juan mientras intentaba proteger a la mariposa en su mano. De pronto, una hoja grande se desprendió del árbol y cayó justo encima de Juan y la mariposa.

Cuando levantó la hoja, descubrió que habían sido cubiertos por una nube de polvo mágico. -¡Wow! -exclamó Juan sorprendido. La mariposa comenzó a brillar con un resplandor dorado que iluminaba todo el parque. De repente, la mariposa empezó a hablar:-Hola, Juan. Soy Maribel, una mariposa mágica.

Me has salvado de ese globo y ahora eres mi amigo para siempre. Juan estaba asombrado de escuchar a una mariposa hablar pero no podía evitar sentirse feliz por haberla ayudado.

-¿Maribel? ¡Eso es genial! ¿Puedo ser tu amigo también? -¡Por supuesto! -respondió Maribel con alegría-. Y te voy a enseñar algo muy importante: nunca debes atrapar ni lastimar a los animales o insectos porque todos merecen ser libres y felices como tú y yo.

Juan aprendió una gran lección ese día gracias a su aventura con el globo y la mariposa mágica. A partir de entonces, decidió ser más cuidadoso con los animales e insectos que encontrara en su camino.

Además, tenía un nuevo amigo alado que lo acompañaría en todas sus aventuras futuras.

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