El rescate de la tortuguita



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Creativa, donde vivían los habitantes más creativos y amables del mundo. En este lugar, la solidaridad era el valor principal que todos compartían.

En el preescolar de Villa Creativa, había un grupo de niños muy especiales: Sofía, Lucas, Martina y Benjamín. Cada uno tenía su propia habilidad única y juntos formaban un equipo imparable.

Un día soleado, mientras jugaban en el parque del pueblo, escucharon llantos provenientes de detrás de unos arbustos. Al acercarse, descubrieron a una tortuguita atrapada entre las ramas. Era Lola, una tortuga muy tímida que se había perdido. "¡Tenemos que ayudarla!", exclamó Sofía con determinación.

Los cuatro amigos trabajaron juntos para liberar a Lola de su encierro vegetal. Una vez libre, Lola les contó que se había separado de su familia durante una excursión al bosque y no sabía cómo regresar a casa.

"¡No te preocupes! Vamos a encontrar a tu familia", dijo Lucas entusiasta. Y así comenzó la aventura del equipo creativo por el bosque en busca de la familia perdida de Lola.

Mientras caminaban por el frondoso bosque, encontraron varios obstáculos en su camino: un río demasiado ancho para cruzarlo y un árbol gigante bloqueando el sendero hacia adelante. "¿Cómo vamos a cruzar el río?", preguntó Martina preocupada. "Soy muy bueno construyendo puentes con palitos", dijo Benjamín sonriendo confiado.

Rápidamente recolectaron ramas y construyeron un puente improvisado para que todos pudieran cruzar el río sin problemas. Luego, se encontraron con el árbol gigante. Parecía imposible moverlo, pero Sofía tuvo una idea brillante. "¡Podemos usar nuestra creatividad para encontrar una solución!", exclamó emocionada.

Encontraron palos largos y comenzaron a empujar el árbol hasta que finalmente lograron abrir un camino hacia adelante. Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, llegaron a un claro donde encontraron a la familia de Lola esperándola ansiosamente.

Los padres de Lola estaban muy agradecidos por haberla encontrado y devuelta sana y salva. "Gracias por ser tan solidarios y ayudarnos", dijo la mamá tortuga con lágrimas de alegría en los ojos.

El equipo creativo regresó al preescolar como héroes, siendo reconocidos por su valentía y solidaridad. Desde ese día, Villa Creativa se convirtió en un lugar aún más especial gracias al ejemplo de estos pequeños grandes personajes.

Y así termina esta historia llena de valor solidaridad, personas y preescolar creatividad. Un cuento inspirador que nos enseña la importancia de trabajar juntos para superar cualquier obstáculo y ayudar a los demás en momentos difíciles. Porque cuando nos apoyamos mutuamente, podemos lograr cosas maravillosas.

FIN.

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