El rescate de los amigos
Había una vez una niña llamada Nina, que siempre estaba llena de energía y alegría. Desde que despertaba por la mañana hasta que se iba a dormir por la noche, no paraba de jugar y divertirse.
Un día, Nina decidió ir al parque a jugar con sus amigos. Corrió tan rápido como pudo y llegó al parque con una gran sonrisa en su rostro. Allí encontró a sus amigos Lucas y Sofía esperándola.
- ¡Hola Nina! ¿Estás lista para jugar? - preguntó Lucas emocionado. - ¡Claro que sí! Estoy llena de energía hoy - respondió Nina saltando de emoción. Los tres amigos comenzaron a correr por el parque, jugando al escondite y subiéndose a los columpios.
Se reían sin parar y disfrutaban cada momento juntos. Después de un rato, todos estaban agotados. - Chicos, creo que necesitamos descansar un poco - dijo Sofía jadeando.
Nina asintió con la cabeza mientras se sentaban en una banca del parque. Cerraron los ojos y disfrutaron del sol cálido acariciando sus rostros mientras recuperaban el aliento. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del arbusto cercano.
Los tres amigos abrieron los ojos sorprendidos y se acercaron lentamente para ver qué era lo que había causado ese ruido misterioso. Cuando llegaron al arbusto, vieron algo maravilloso: ¡un pequeño pajarito estaba atrapado entre las ramas! - ¡Pobrecito! Debemos ayudarlo - exclamó Nina preocupada.
Con mucho cuidado, los tres amigos liberaron al pajarito y lo sostuvieron en sus manos. El pajarito parecía agradecido y comenzó a cantar una hermosa melodía. - ¡Es tan lindo! - dijo Lucas emocionado. - Sí, pero parece cansado.
Tal vez necesita descansar un poco - sugirió Sofía. Los amigos buscaron un lugar tranquilo donde el pajarito pudiera descansar. Encontraron un árbol cercano con ramas suaves y hojas verdes.
Colocaron al pajarito en el árbol y observaron cómo cerraba los ojos lentamente, sintiéndose seguro y protegido. - Creo que nuestro nuevo amigo necesitaba un lugar para dormir tranquilo - dijo Nina sonriendo.
Después de asegurarse de que el pajarito estuviera cómodo, los tres amigos se sentaron bajo el árbol y comenzaron a hablar sobre lo ocurrido. - A veces nos olvidamos de lo importante que es descansar después de jugar tanto tiempo - reflexionó Sofía. - Tienes razón, Sofía.
Descansar nos ayuda a recuperar energías para seguir disfrutando de las cosas que amamos hacer - agregó Lucas. Nina asintió con la cabeza mientras miraba al pequeño pajarito dormir plácidamente en su refugio natural.
Habían aprendido una valiosa lección ese día: jugar está bien, pero también es importante descansar para poder seguir disfrutando de todas las maravillas que la vida tiene para ofrecerles. Desde aquel día, Nina, Lucas y Sofía siempre recordaban la importancia de dormir, estar alegres, jugar y descansar.
Se convirtieron en grandes amigos del pajarito y siempre que lo veían volando por el parque, sonreían sabiendo que habían hecho algo bueno.
Y así, Nina y sus amigos aprendieron que la alegría se puede encontrar en las pequeñas cosas de la vida y que, a veces, solo necesitamos un poco de descanso para seguir adelante con una sonrisa en el rostro.
FIN.