El rescate de Lucas


Había una vez en un bosque encantado, un zorro llamado Renato y un pato llamado Lucas. Renato era astuto y siempre buscaba la manera de engañar a los demás animales del bosque para conseguir comida fácilmente.

Por otro lado, Lucas era amable y generoso, siempre dispuesto a ayudar a sus amigos. Un día, Renato se acercó a Lucas con una sonrisa en el rostro.

"-Hola Lucas, ¿te gustaría venir conmigo a buscar bayas deliciosas al otro lado del río?", preguntó el zorro con voz melosa. Lucas, inocente como era, aceptó encantado la invitación de Renato y juntos cruzaron el puente que llevaba al otro lado del río.

Pero cuando estaban en medio del puente, Renato se detuvo de repente y miró maliciosamente a Lucas. "-Lo siento amigo, pero esta vez serás mi cena", dijo el zorro con una risa burlona. Lucas se asustó al darse cuenta de las verdaderas intenciones de Renato.

Sin embargo, en ese momento apareció un castor llamado Beto que había escuchado toda la conversación entre los dos amigos. Con rapidez, Beto cortó una cuerda cercana que sostenía un tronco pesado y lo dejó caer justo frente al zorro.

Renato quedó atrapado bajo el tronco y no pudo moverse. "-¡Gracias Beto por tu ayuda!", exclamó Lucas mientras abrazaba al castor emocionadamente.

Beto le guiñó un ojo a Lucas y le dijo: "-Siempre es mejor confiar en tus verdaderos amigos que en los astutos como Renato". Desde ese día, Lucas aprendió la importancia de ser cauteloso y no dejarse llevar por las apariencias engañosas.

Y juntos él y Beto siguieron explorando el bosque mientras Renato aprendía su lección atrapado bajo el tronco.

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