El rescate de Luna



En una pequeña escuela de un barrio tranquilo, vivían Ana y Gabriel, dos amigos inseparables que siempre estaban dispuestos a vivir aventuras juntos.

Un día, mientras jugaban en el patio del colegio, vieron a un perro callejero que se acercaba tímidamente hacia ellos. - ¡Mira, Ana! ¡Un perrito! -exclamó Gabriel emocionado. - Sí, es muy lindo. Parece perdido -respondió Ana preocupada.

Los dos niños se acercaron al perro con cuidado y pudieron ver que tenía un collar desgastado con un nombre: —"Rocco" . - Debe tener hambre. ¿Qué podemos hacer, Gabriel? -preguntó Ana mirando al perro con ternura. - Podríamos llevarlo a la maestra Carmen. Ella siempre sabe qué hacer en estas situaciones -sugirió Gabriel con determinación.

Sin dudarlo, los amigos tomaron al perro y corrieron hacia el salón de clases de la maestra Carmen. Golpearon suavemente la puerta y entraron nerviosos. - Buenos días, maestra Carmen.

Encontramos a este perrito en el patio y creemos que está perdido -explicó Ana mostrando a Rocco. La maestra Carmen sonrió cálidamente y les dijo:- Es importante ayudar a los animales cuando lo necesitan.

Vamos a buscar información sobre Rocco para encontrar a sus dueños o darle un hogar temporal si es necesario. Juntos revisaron el collar del perro y descubrieron un número de teléfono desgastado. La maestra Carmen llamó y logró contactar con la familia de Rocco, quienes estaban desesperados buscándolo.

- ¡Gracias por traerlo de vuelta! Rocco es parte de nuestra familia -agradeció la dueña visiblemente emocionada al llegar a la escuela para reagarrar al perrito. Ana y Gabriel sintieron una gran satisfacción por haber ayudado a Rocco a regresar con su familia.

Esa tarde, la maestra Carmen les enseñó sobre la importancia de ser empáticos y solidarios no solo con las personas, sino también con los animales que nos rodean.

Desde ese día, Ana y Gabriel siguieron siendo grandes amigos e inspirándose mutuamente para hacer el bien en su comunidad. Y Rocco visitaba la escuela cada tanto para jugar con los niños que le habían devuelto la esperanza de volver a casa.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!