El rescate de Nievecito
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una familia muy especial. En la víspera de Navidad, los hermanitos Martina y Lucas construyeron un muñeco de nieve en el jardín de su casa.
Le pusieron ojos de botones, una nariz de zanahoria y le dieron un sombrero viejo que encontraron en el desván. Pero lo más mágico sucedió cuando los niños abrazaron al muñeco y le dieron mucho amor.
De repente, el muñeco cobró vida y comenzó a moverse por sí mismo. ¡Era un auténtico milagro navideño! El muñeco se llamaba Nievecito y se convirtió en el mejor amigo de Martina y Lucas.
Juntos jugaron todo el día, hicieron guerras de bolas de nieve e incluso bailaron bajo la luz de la luna. Sin embargo, esa noche hubo una terrible tormenta y Nievecito se perdió en medio del vendaval. Los niños buscaron por todas partes pero no pudieron encontrarlo.
Tristes y preocupados, Martina y Lucas decidieron escribirle una carta a los Reyes Magos contándoles lo ocurrido. Les pidieron con todo su corazón que les ayudaran a encontrar a Nievecito. Los días pasaban lentamente mientras esperaban ansiosos la llegada de los Reyes Magos.
Finalmente, en la víspera del Día de Reyes, recibieron una respuesta inesperada: los Reyes Magos habían encontrado a Nievecito cerca del río, pero estaba atrapado entre unos arbustos.
Martina y Lucas corrieron hacia donde les indicaron los Reyes Magos y, efectivamente, allí estaba Nievecito, frío y asustado. Los niños lo abrazaron con fuerza y le prometieron que nunca más se separarían. Desde ese día, Nievecito siguió siendo el muñeco de nieve más especial del mundo.
Martina y Lucas aprendieron la importancia de cuidar y valorar a sus seres queridos. Comprendieron que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo. Juntos, continuaron viviendo aventuras mágicas en cada Navidad.
Nievecito les enseñó a disfrutar de los pequeños momentos de felicidad y a apreciar la belleza del invierno. Y así, cada año, cuando llegaba la época navideña, Martina, Lucas y Nievecito recordaban con cariño aquella aventura en la que su amistad fue puesta a prueba pero salió fortalecida.
El mensaje de esta historia es claro: el amor nos une y nos hace fuertes.
No importa cuánto tiempo pase ni las dificultades que enfrentemos; si tenemos amor en nuestros corazones, siempre encontraremos una forma de volver a reunirnos con aquellos que amamos.
FIN.