El rescate de Pajarito


Ardilla vivía en un espeso bosque, al lado de un río cristalino. Un día, mientras daba brincos de rama en rama, escuchó un débil piar proveniente de la orilla del río.

Curiosa, se acercó y encontró a un pequeño pajarito herido. Sus alas estaban lastimadas y no podía volar. Ardilla, llena de preocupación, se acercó al pajarito y le preguntó qué le había sucedido. -¿Qué te pasó, pajarito? -preguntó con ternura.

El pajarito, entre sollozos, le contó que había caído de su nido durante una tormenta.

Ardilla, sin dudarlo, decidió ayudar al pajarito. Con mucho esfuerzo, construyó un pequeño refugio con hojas y ramas para protegerlo del frío. Luego, corrió velozmente por el bosque en busca de ayuda.

En su búsqueda, se encontró con Zorro, quien estaba dispuesto a enseñarle cómo cuidar a Pajarito. -¿Qué haces tan apurada, Ardilla? -preguntó Zorro. -Encontré a Pajarito herido y necesito ayuda para curarlo -respondió Ardilla.

Zorro aceptó ayudar y juntos buscaron hierbas medicinales para sanar las heridas de Pajarito. Pasaron los días y Pajarito se recuperaba poco a poco. Ardilla y Zorro se turnaban para cuidarlo, y entre todos le daban amor y esperanza al pajarito herido.

Finalmente, un día soleado, Pajarito extendió sus alas y comenzó a volar. Ardilla y Zorro lo observaron con orgullo y alegría. -¡Mira cómo vuela! -exclamó Ardilla emocionada. -Hemos logrado ayudarlo a recuperarse -dijo Zorro con una sonrisa.

Pajarito voló alrededor de ellos en agradecimiento antes de emprender su viaje de regreso a su nido. Ardilla y Zorro se despidieron con un nudo en la garganta, sintiendo que habían hecho algo maravilloso al ayudar a Pajarito a recuperarse.

Desde ese día, Ardilla entendió la importancia de la solidaridad y el cuidado hacia los demás seres del bosque, y Zorro ganó un nuevo amigo en Ardilla. Juntos, aprendieron que cualquier gesto de ayuda puede marcar la diferencia en la vida de alguien que lo necesita.

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