El rescate del avión de papel



Había una vez dos niños, Martín y Sofía, que eran grandes amigos y les encantaba jugar juntos en el parque todas las tardes después de la escuela.

Un día soleado, mientras jugaban en el parque, encontraron un avión de papel abandonado en el suelo. - ¡Mira, Sofi! ¡Qué lindo avión de papel! - exclamó Martín emocionado. - Sí, es genial. ¿Por qué no lo lanzamos para ver cuánto vuela? - respondió Sofía con entusiasmo.

Los dos niños tomaron el avión de papel y lo lanzaron al aire con todas sus fuerzas. Para su sorpresa, el avión voló muy alto y lejos, hasta que finalmente aterrizó en la rama más alta de un árbol.

- ¡Oh no! Ahora nuestro avión está atrapado en el árbol - lamentó Martín. - No te preocupes, Martín. Vamos a encontrar una forma de recuperarlo - consoló Sofía con determinación.

Los niños buscaron palos largos y piedras para intentar hacer caer el avión del árbol, pero nada funcionaba. Fue entonces cuando a Sofía se le ocurrió una brillante idea.

- ¡Tengo una idea! ¿Y si usamos esta goma para lanzarla hacia arriba y enganchar el avión? Martín asintió emocionado ante la astucia de su amiga. Juntos ataron la goma a un palo largo y lo estiraron hasta alcanzar la rama donde estaba el avión. Con cuidado, lograron engancharlo y hacerlo caer suavemente al suelo.

- ¡Lo logramos! ¡Recuperamos nuestro avión de papel gracias a tu ingeniosa idea, Sofi! - exclamó Martín felizmente. Desde ese día, Martín y Sofía aprendieron que trabajar juntos como equipo podían superar cualquier desafío que se les presentara.

Y cada vez que veían volar ese pequeño avión de papel recordaban la importancia de la creatividad y la colaboración en la resolución de problemas.

Y así, entre risas y juegos compartidos, los dos amigos siguieron creciendo juntos sabiendo que juntos podían alcanzar grandes alturas como aquel pequeño avión de papel impulsado por una simple goma.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!