El rescate del gatito perdido



se dio cuenta de que no tenía suficiente dinero para comprarlo. Mientras caminaba por la calle, pensativa y un poco desanimada, vio a lo lejos a su amiga Lola sentada en un banco del parque.

- ¡Hola Mª Pili! ¿Qué te pasa que te veo tan pensativa? - preguntó Lola con una sonrisa. Mª Pili se acercó a Lola y le contó su problema. Lola escuchaba atentamente y luego dijo:- No te preocupes, amiga.

Podemos buscar una solución juntas. Juntas decidieron hacer una lista de tareas que podrían realizar para ganar algo de dinero extra.

Decidieron lavar autos los fines de semana, vender limonada en el parque y ofrecer servicios de paseo de mascotas en el vecindario. Con esfuerzo y dedicación, Mª Pili y Lola lograron juntar el dinero suficiente para comprar el bolso que tanto deseaba Mª Pili. Estaban felices de haber trabajado juntas para alcanzar su objetivo.

Pero un día, mientras paseaban perros en el parque, vieron a una niña llorando porque había perdido a su gatito. Sin dudarlo, Mª Pili y Lola se pusieron manos a la obra para ayudar a encontrar al pequeño felino.

Recorrieron todo el barrio buscando al gatito perdido hasta que finalmente lo encontraron sano y salvo debajo de un arbusto. La niña estaba muy feliz y les agradeció con lágrimas en los ojos.

- ¡Gracias por ayudarme a encontrar a mi gatito! Son unas verdaderas heroínas - exclamó la niña emocionada. Mª Pili y Lola se sintieron muy orgullosas de haber podido ayudar a la niña y salvar al gatito.

Se dieron cuenta de que trabajar juntas no solo les permitió comprar el bolso deseado, sino también ayudar a quienes más lo necesitaban en su comunidad.

Desde ese día, Mª Pili y Lola continuaron trabajando juntas para ayudar a los demás, demostrando que con esfuerzo, solidaridad y trabajo en equipo se pueden lograr grandes cosas. Y así, cada vez que miraban sus bolsos nuevos recordaban la importancia de ser generosas con los demás.

FIN.

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