El rescate del lobito marino

En un hermoso día de verano, Elsa, Ana y Santiago estaban disfrutando de la playa. Jugaban en la arena, construyendo castillos y corriendo por la orilla del mar.

De repente, escucharon un débil quejido proveniente de unas rocas cercanas. - ¡Hermanitos, escuché algo! Vamos a ver qué es - dijo Elsa con curiosidad. Se acercaron sigilosamente y descubrieron a un lobito de mar atrapado en una red abandonada.

El animalito luchaba por liberarse, pero no podía hacerlo solo. - ¡Pobrecito! Necesita nuestra ayuda - exclamó Ana con tristeza. Sin dudarlo, los tres hermanos se pusieron manos a la obra para rescatar al lobito. Con cuidado desenredaron la red que lo aprisionaba y lograron liberarlo.

- ¡Gracias chicos! Estaba muy asustado - dijo el lobito con voz suave. El pequeño animal les explicó que había quedado atrapado mientras buscaba comida y que estaba muy agradecido por haberlo salvado. - ¿Cómo te llamas? - preguntó Santiago con curiosidad.

- Me llamo Lucas y soy un lobito de mar. Vivo en estas aguas y cuido de todos los animales marinos que habitan aquí - respondió el lobito sonriente.

Los hermanos se alegraron al conocer a Lucas y decidieron acompañarlo de regreso al agua para asegurarse de que estuviera a salvo. Al llegar al mar, Lucas les mostró su hogar submarino lleno de corales coloridos y peces juguetones.

Les enseñó sobre la importancia de cuidar el océano y proteger a todas las criaturas que viven en él. - Gracias por salvarme hoy. Ustedes tienen corazones valientes y generosos.

Recuerden siempre ser amables con la naturaleza y ayudar a quienes lo necesiten - les dijo Lucas antes de desaparecer entre las olas. Elsa, Ana y Santiago regresaron a la playa sintiéndose felices por haber hecho algo bueno por un ser vivo.

Comprendieron la importancia de trabajar juntos para ayudar a otros y prometieron seguir protegiendo el medio ambiente en todo momento.

Desde ese día, los tres hermanos visitaban regularmente la playa para jugar con sus nuevos amigos marinos y recordar el increíble día en que conocieron a Lucas, el lobito de mar que cambió sus vidas para siempre.