El rescate del zorro



Había una vez un grupo de alumnos de la primaria que se preocupaban mucho por el cuidado del ambiente.

Ellos sabían que era importante proteger a los animales y su hábitat natural para asegurarse de que todos vivieran en armonía. Un día, mientras caminaban por el bosque cercano a su escuela, encontraron a un pequeño zorro herido. Estaba tumbado en el suelo sin poder moverse. - ¡Pobrecito! - exclamó Sofía, una de las niñas del grupo -.

Tenemos que hacer algo para ayudarlo. Los niños decidieron llevar al zorro a la escuela para cuidarlo hasta que estuviera recuperado. Lo pusieron en una caja con algunas hojas y ramitas para hacerlo sentir cómodo.

- ¿Qué le podemos dar de comer? - preguntó Lucas, uno de los chicos del grupo. - Creo que deberíamos buscar alguna fruta o verdura - sugirió Martina, otra niña del grupo -. No queremos lastimarlo más dándole comida equivocada.

Los niños se pusieron manos a la obra y buscaron por todo el colegio alimentos adecuados para el zorro. Finalmente encontraron unas manzanas y unas zanahorias. Con mucho cuidado comenzaron a alimentar al pequeño animal.

Pasaron los días y poco a poco se fue recuperando gracias al amor y dedicación de los niños. Una mañana cuando llegaron al colegio, notaron algo extraño en la caja donde estaba alojado el zorro.

Había rastros de tierra y parecía como si hubiera intentado escapar durante la noche. - ¡El zorro quiere volver a casa! - exclamó emocionada Sofía. Los niños sabían que tenían que hacer algo para ayudar al zorro a regresar a su hábitat natural.

Decidieron hablar con la maestra de ciencias naturales, quien les explicó cómo debían proceder. - Lo primero que tenemos que hacer es llevarlo a un lugar seguro y alejado de los peligros - dijo la profesora -.

Luego lo dejamos en libertad y esperamos a ver si puede adaptarse nuevamente al medio ambiente. Los niños siguieron las instrucciones de su maestra y llevaron al zorro al bosque más cercano.

Lo liberaron en un claro rodeado de árboles y se quedaron observando desde lejos para asegurarse de que estuviera bien. - ¡Miren! - exclamó Lucas -. El zorro está corriendo felizmente hacia el bosque.

Los niños se sintieron orgullosos por haber ayudado al pequeño animal y aprendieron una importante lección sobre el cuidado del medio ambiente y los animales que viven en él. A partir de ese día, prometieron seguir trabajando juntos para proteger la naturaleza y sus habitantes.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!