El rescate en el zoológico


Había una vez en un hermoso campo lleno de flores y árboles, un perro llamado Rufus y una cigüeña llamada Estela.

Un día, mientras jugaban persiguiéndose entre los girasoles, se dieron cuenta de que se habían alejado demasiado de su hogar y estaban perdidos. - ¡Oh no, Estela! ¿Qué vamos a hacer? No reconocemos ningún lugar por aquí -dijo Rufus preocupado. - Tranquilo Rufus, seguro encontraremos el camino de regreso.

Solo debemos mantener la calma y pensar con claridad -respondió Estela con optimismo. Decidieron caminar en busca de ayuda y después de un rato divisaron a lo lejos unas enormes estructuras que nunca antes habían visto.

Se acercaron cautelosamente y descubrieron que estaban frente al zoológico de la ciudad. - ¡Mira Rufus, es el zoológico! Quizás allí podamos pedir ayuda para volver a casa -exclamó Estela emocionada. Al ingresar al zoológico, fueron recibidos por un amable guardián que notó su confusión y les ofreció su ayuda.

Les explicó que estaban muy lejos del campo donde vivían pero que no debían preocuparse, ya que él los ayudaría a encontrar el camino de regreso.

- ¡Muchas gracias señor guardián! Estamos tan agradecidos por tu amabilidad -dijeron Rufus y Estela al unísono. El guardián los llevó a través del zoológico mientras les mostraba a todos los animales que habitaban allí: leones majestuosos, elefantes gigantes, jirafas altísimas y monitos traviesos.

Rufus y Estela estaban maravillados con cada criatura que veían. - ¡Wow! ¡Qué increíble es este lugar! Nunca imaginamos poder ver tantos animales diferentes en un solo sitio -expresó Rufus asombrado.

Finalmente, luego de recorrer todo el zoológico, el guardián los guió hasta la salida donde encontraron el camino de regreso al campo donde vivían. Con lágrimas en los ojos despidieron al amable guardián quien les había brindado su ayuda incondicional. - Gracias por todo lo que hiciste por nosotros.

Nunca olvidaremos tu bondad -dijo emocionada Estela mientras se alejaban del zoológico. Rufus miró a su amiga cigüeña con cariño y dijo:- Aprendimos algo importante hoy, Estela.

A veces nos podemos perder pero siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos si tenemos fe y confiamos en los demás. Estela sonrió ampliamente asintiendo con la cabeza:- Así es Rufus, la bondad está en todas partes si sabemos dónde buscarla. Y lo más importante es recordar ser amables y solidarios con quienes nos rodean también.

Desde ese día en adelante, Rufus y Estela valoraron aún más la importancia de la amistad verdadera y la generosidad hacia los demás.

Juntos continuaron explorando el mundo sin temor alguno sabiendo que siempre podrían contar uno con el otro en cualquier situación difícil que enfrentaran.

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