El Rescate en la Isla Perdida
Había una vez un valiente explorador llamado Mateo, quien se aventuró en alta mar en busca de tesoros perdidos. Sin embargo, durante una tormenta, su barco naufragó y terminó varado en una isla misteriosa y desconocida.
Mateo se sentía solo y asustado, por lo que decidió buscar ayuda. A lo lejos, vio una casita en la playa y se dirigió hacia allí con la esperanza de encontrar a alguien que pudiera ayudarlo.
Al llegar, se encontró con un grupo de estudiantes que estaban de excursión en la isla. Mateo les pidió ayuda, y los niños, curiosos y valientes, se dispusieron a ayudarlo. -¿Cómo te llamas? -preguntó la niña más pequeña, llamada Sofía.
-Soy Mateo, un explorador que se ha perdido en esta isla. Necesito volver a casa y me preguntaba si ustedes podrían ayudarme. -respondió Mateo, esperanzado. -¿Cómo llegaste a la isla? -preguntó Valentín, un niño muy astuto.
Mateo les contó sobre el naufragio y cómo había terminado en la isla. Los niños escucharon atentamente y después de un rato, se pusieron a trabajar en un plan para ayudar a Mateo. Trabajaron juntos para construir una balsa y preparar provisiones para el viaje de regreso.
A lo largo de la semana, Mateo enseñó a los niños sobre supervivencia en la selva y el amor por la naturaleza. Finalmente, la balsa estuvo lista, y todos se despidieron con lágrimas en los ojos.
Mateo zarpo de regreso a casa, agradecido por la valentía y solidaridad mostrada por los niños. Y así, con el coraje y la amistad de aquellos pequeños exploradores, Mateo pudo regresar a casa sano y salvo.
FIN.