El resplandor del amor
Había una vez en un reino muy lejano, una bruja malvada llamada Capita Roja que estaba obsesionada con ser la más hermosa de todo el reino.
Un día, se enteró de que la princesa del reino era considerada la mujer más bella y decidió hacer algo al respecto. Capita Roja preparó una poción mágica para robarle la belleza a la princesa y así convertirse en la más hermosa del Reino.
Pero cuando llegó al palacio real para hechizar a la princesa, se encontró con el hijo de la reina, un joven valiente y apuesto.
El joven preguntó a Capita Roja qué estaba haciendo allí y ella respondió: "-Estoy aquí para tomar lo que me pertenece, ¡la belleza de esta princesa!". El joven no podía permitir que eso sucediera. Así que sacó su varita mágica del hada madrina y lanzó un hechizo sobre Capita Roja para detenerla.
La bruja se sorprendió tanto que dejó caer su porción mágica al suelo. La porción mágica cayó justo en frente de los pies del joven príncipe, quien accidentalmente inhaló parte del polvo mientras luchaba contra Capita Roja.
En ese momento, el príncipe comenzó a sentirse extraño e incierto acerca de sus sentimientos hacia Capita Roja. Al mismo tiempo, la princesa también estaba experimentando cambios extraños en su cuerpo. Se sentía cada vez menos segura de sí misma y menos bella con cada minuto que pasaba.
Después de varios días confusos, el príncipe y la princesa se encontraron en el jardín del palacio. Se miraron a los ojos y ambos sintieron que algo había cambiado entre ellos. "-¿Qué te pasa?" preguntó la princesa.
"-No lo sé, pero desde que luché contra Capita Roja, siento algo diferente por ti", respondió el príncipe. La princesa sonrió tímidamente y le dijo: "-Yo también siento algo diferente por ti". Fue entonces cuando se dieron cuenta de lo que había sucedido.
La bruja Capita Roja había lanzado un hechizo sobre ellos con la poción mágica para intercambiar sus bellezas. Pero gracias al amor verdadero que sentían el uno por el otro, pudieron superar el hechizo.
Juntos buscaron a la bruja malvada y con la ayuda de la varita mágica del hada madrinha lograron revertir el hechizo y devolverles sus bellezas originales.
Desde ese día, el príncipe y la princesa vivieron felices para siempre sin preocuparse tanto por su apariencia física sino más bien centrados en cultivar su amor verdadero. Y aunque Capita Roja nunca volvió a molestarlos, aprendió una valiosa lección: no hay nada más importante que ser buena persona en lugar de solo buscar belleza exterior.
FIN.