El resplandor secreto de las estrellas
Había una vez en un lejano y mágico bosque, un grupo de estrellas que brillaban con intensidad cada noche. Ellas se llamaban Estrellita, Estrellón, Brillantina y Centella.
Vivían felices en el cielo, iluminando el camino de los viajeros nocturnos y alegrando los corazones de quienes las observaban. Un día, mientras paseaban por el universo, se encontraron con la Luna, quien les dijo con tristeza: "Estoy preocupada porque la noche está muy oscura últimamente.
Parece que algunas estrellas han perdido su brillo". Las estrellas se miraron entre sí y decidieron ayudar a la Luna a resolver ese misterio. "¿Qué podemos hacer para recuperar el brillo perdido?" -preguntó Estrellita con determinación.
"Debemos buscar en lo más profundo de nuestros corazones y recordar por qué brillamos" -respondió Brillantina con sabiduría. Así comenzaron su aventura en busca del brillo perdido. Recorrieron galaxias, visitaron planetas y conocieron a seres extraordinarios que les enseñaron valiosas lecciones.
En cada lugar al que llegaban dejaban un rastro de luz y esperanza. Una noche, mientras pasaban cerca de un cometa fugaz, escucharon sus lamentos.
El cometa les contó que se sentía solo y triste porque creía que nadie apreciaba su destello en medio de la oscuridad del espacio. Las estrellas comprendieron entonces que no solo debían recuperar su propio brillo, sino también ayudar a otros a encontrar el suyo.
"¡No estás solo! Tu luz es única y especial. Debes brillar con fuerza para guiar tu propio camino" -le dijeron las estrellas al cometa antes de partir hacia nuevas aventuras.
Finalmente, después de muchas peripecias y desafíos superados juntas, las estrellas regresaron al lado de la Luna con sus destellos renovados. "¿Cómo lo lograron?" -preguntó la Luna asombrada. "Descubrimos que nuestro verdadero brillo proviene del amor, la amistad y la solidaridad" -respondieron las estrellas al unísono.
Desde ese día, las estrellas siguieron iluminando el cielo todas las noches con más fuerza que nunca.
Y aunque a veces alguna pareciera perder un poco su resplandor, siempre podían contar con el apoyo incondicional de sus amigas para recordar quiénes eran realmente: seres llenos de luz capaces de iluminar incluso la noche más oscura. Y así continuaron brillando juntas por toda la eternidad, inspirando a todos aquellos que levantaran la vista hacia el firmamento a nunca perder su propia luz interior.
Porque como decían las valientes Estellas: "En medio de la oscuridad siempre habrá una luz dispuesta a brillar".
FIN.