El Rey de la Selva

En una selva muy lejana, todos los animales se reunieron para elegir a su nuevo rey.

El tigre, el león, la pantera, el elefante y muchos otros animales se congregaron en un claro, donde discutieron quién sería el más adecuado para el puesto. "Yo creo que el rey debería ser el animal más fuerte, como yo, el tigre", dijo el tigre con orgullo.

"No, el rey debería ser el más valiente y majestuoso, como yo, el león", respondió el león con arrogancia. Los demás animales estaban divididos, sin saber a quién elegir. Mientras tanto, el conejo, un animal pequeñito y humilde, no había sido invitado a la reunión. Se sentía triste y desvalorizado, pensando que no tenía nada que aportar.

Pero entonces, un pájaro amigable que había observado todo desde un árbol, decidió ayudar al conejo.

El pájaro convocó a todos los animales y les contó sobre la ausencia del conejo.

"El conejo puede ser pequeño, pero tiene un gran corazón y muchas virtudes que lo hacen digno de ser rey. Es amable, generoso y muy astuto", dijo el pájaro. Los animales, sorprendidos, decidieron buscar al conejo y escucharlo.

Cuando lo encontraron, el conejo se disculpó por su tardanza y les contó sobre su deseo de ver a la selva unida y en paz. Los animales quedaron impresionados por sus palabras y cualidades. Finalmente, todos acordaron que el conejo sería un rey excepcional.

El conejo, con humildad y gratitud, aceptó la responsabilidad. A partir de ese día, todas las criaturas vivieron en armonía, trabajando juntas para cuidar su hogar y cada uno de sus habitantes.

El pequeño conejo demostró que la grandeza no se mide por el tamaño o la fuerza, sino por el amor, la sabiduría y el coraje que llevamos dentro de nosotros.