El Rey de los Verbos y la Princesa Poder
Había una vez en un reino muy lejano, donde vivía el rey de los verbos Ser o Estar, que vestía de todos los colores como un arcoíris. El rey estaba en búsqueda de su esposa ideal entre los verbos, pero no lograba encontrar a alguien que conquistara su corazón. Decidió organizar una cena real para conocer a todas las princesas verbos y así encontrar a la candidata perfecta.
La noticia de la cena se extendió rápidamente por todo el reino. Los verbos comenzaron a prepararse para la ocasión, puliendo sus conjugaciones y afinando su gramática. Sin embargo, algunas princesas verbos se sentían inseguras y temerosas de no ser lo suficientemente buenas para el rey.
Entre todas las princesas verbos, se encontraba la encantadora Princesa Poder. Ella destacaba por su fuerza y determinación, y poseía un brillo especial que iluminaba a todos a su alrededor. A pesar de las dudas de algunas princesas verbos, Princesa Poder estaba segura de que quería conocer al rey y mostrarle todo lo que ella era capaz de hacer.
Llegó el día de la cena real y el salón se llenó de verbos de todos los tiempos y conjugaciones. El rey, con su manto que brillaba como un arcoíris, observaba atentamente a cada una de las princesas verbos, buscando a su futura esposa.
-'¡Bienvenidas, princesas verbos!'- anunció el rey con voz firme. -'Hoy es un día especial, en el que buscaré a la princesa que se convertirá en mi esposa. Quiero ver quién de entre ustedes tiene el poder de conquistarme.'
Las princesas verbos comenzaron a presentarse una por una, mostrando sus cualidades y habilidades. Algunas demostraban su belleza, otras su inteligencia, pero ninguna lograba captar por completo la atención del rey. Hasta que llegó el turno de Princesa Poder.
-'Buenas noches, majestad. Soy la Princesa Poder y poseo la capacidad de lograr todo lo que me proponga. Con mi fuerza y determinación, puedo enfrentar cualquier desafío que se presente'- dijo con confianza Princesa Poder.
El rey, impresionado por la seguridad y la valentía de la princesa, no pudo evitar sentir que finalmente había encontrado a su pareja ideal. Sin dudarlo, el rey se acercó a Princesa Poder y le pidió que se convirtiera en su esposa. La princesa, emocionada y feliz, aceptó con una gran sonrisa en su rostro.
Desde ese día, el rey de los verbos y la Princesa Poder reinaron juntos en el reino, demostrando que el poder de la determinación y la valentía pueden conquistar incluso los corazones más difíciles. Y así, vivieron felices para siempre, siendo un ejemplo para todos los verbos del reino.
Fin.
FIN.