El Rey Generoso
Había una vez en un reino muy lejano, un rey que era conocido por ser justo y bondadoso con todos sus súbditos.
Un día, decidió reunir a sus sirvientes para enseñarles una importante lección sobre la importancia del perdón y la compasión. El rey llamó a su presuntuoso y despiadado siervo, Lucas, quien siempre trataba mal a los demás y se creía superior a los demás por su posición en el palacio.
El rey le dijo a Lucas: "Lucas, te debo mucho dinero, pero hoy te perdono esa deuda. Ve y sé compasivo con aquellos que te deben algo". Lucas no podía creer lo que estaba escuchando.
Se sintió aliviado de no tener que pagar la enorme suma de dinero al rey. Sin embargo, en lugar de sentir gratitud hacia el rey por su generosidad, Lucas salió del palacio pensando solo en sí mismo.
En el camino de regreso a su casa, Lucas encontró a uno de sus compañeros siervos, Martín, quien le debía una pequeña cantidad de dinero. Martín le pidió perdón a Lucas y le prometió devolverle el dinero tan pronto como pudiera.
Pero Lucas recordó las palabras del rey sobre ser compasivo y perdonar las deudas. En lugar de seguir el ejemplo del rey, decidió castigar a Martín por no poder pagarle inmediatamente. Lo amenazó con llevarlo ante el rey para exigirle el pago completo.
Martín se arrodilló frente a Lucas y suplicó clemencia, pero este se negaba rotundamente. Finalmente, otros siervos presenciaron la escena y fueron corriendo a contarle al rey lo ocurrido.
El rey llamó nuevamente a Lucas ante él y le dijo: "Lucas, eres un siervo despiadado e ingrato. Te perdoné una gran deuda y tú no fuiste capaz ni siquiera de perdonar una pequeña cantidad a tu compañero Martín.
"Lucas se dio cuenta entonces del error que había cometido al no practicar la compasión y la bondad hacia los demás. El rey decidió destituirlo de su cargo como siervo principal y nombrar en su lugar a Martín como ejemplo de humildad y generosidad para todos en el reino.
Desde ese día en adelante, Lucas aprendió la valiosa lección que el rey intentaba enseñarle: que es importante perdonar las faltas de los demás así como nosotros también somos perdonados cuando erramos. Y colorín colorado ¡este cuento ha terminado!
FIN.