El Rey Lobo y el Bosque Amistoso
Había una vez, en un frondoso bosque, un lobo llamado Loby que era conocido por ser el rey de todos los animales. Sin embargo, a diferencia de otros reyes, Loby tenía un gran problema: los demás animales siempre lo temían y nunca se acercaban a él.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Loby escuchó a dos conejos conversando.
"¿Viste a Loby? Es el rey lobo y da miedo. Nunca deberíamos acercarnos a él".
"Sí, es enorme y tiene dientes afilados. ¡Mejor mantengámonos lejos!".
Loby se sintió triste al oír esto.
"No quiero que me tengan miedo", pensó, y decidió que debía cambiar esa situación.
Entonces, el rey lobo se le ocurrió una idea. Decidió organizar una gran fiesta en el centro del bosque y enviar invitaciones a todos los animales.
"Si soy amable y divertido, quizás dejen de temerme".
Con mucho esfuerzo, Loby preparó todo: globos de colores, una mesa llena de deliciosos bocadillos y una pista de baile. A medida que se acercaba la noche de la fiesta, los animales comenzaron a murmurar.
"¿Por qué Loby hace una fiesta? ¿Será una trampa para atraparnos?".
"Yo no iría, seguro que quiere comernos a todos".
A pesar de la incertidumbre, un pequeño pájaro llamado Pipo decidió ser valiente y asistir. Voló hasta la fiesta y, al llegar, se sorprendió al ver a Loby sonriendo y bailando.
"¡Hola, Pipo! Me alegra que hayas venido. ¿Quieres un poco de pastel?".
"¡Sí, por favor! Pero, ¿por qué organizaste esta fiesta?".
"Quiero que todos se diviertan y dejen de tenerme miedo".
Pipo sintió curiosidad y comenzó a contarle a otros animales sobre la fiesta.
"Es una gran fiesta. Loby es muy divertido".
"¿En serio? No lo puedo creer...".
Poco a poco, los otros animales se animaron y comenzaron a llegar. Cuando vieron a Loby bailando y riendo, se sintieron más seguros.
"Tal vez no es tan malo después de todo".
"¡Vengan, este pastel es riquísimo!"
Sin embargo, justo cuando la fiesta estaba en su mejor momento, apareció un oso gruñón llamado Osvaldo.
"¡¿Qué fiesta es esta? ! ¡Yo no fui invitado!"
"Lo siento, Osvaldo. Si quieres, puedes unirte a nosotros".
"¿Yo unirme? ¡No necesito a nadie!".
Los animales comenzaron a murmurarse entre ellos, asustados por la actitud de Osvaldo. Pero Loby, con su gran corazón, decidió acercarse.
"Hola, Osvaldo. Te invitamos a nuestra fiesta. ¿Por qué no pruebas un poco de pastel?".
"No, yo no quiero pastel. No quiero nada de ustedes".
Loby no se rindió. En lugar de alejarse, se sentó al lado del oso.
"Osvaldo, a veces, cuando estamos solos, podemos sentirnos tristes. ¿Quieres hablar?".
Osvaldo, sorprendido por la amabilidad de Loby, comenzó a relajarse.
"A veces, me siento solo. Nadie me invita a jugar".
Loby sonrió.
"No tienes que estar solo. Puedo ser tu amigo. ¿Te gustaría bailar con nosotros?".
Osvaldo dudó, pero luego asintió.
"Está bien, solo por un rato".
Así, poco a poco, Osvaldo se unió a la fiesta. Loby le presentó a todos, y la fiesta se llenó de risas y alegría.
"¡Miren a Osvaldo, se está divirtiendo!"
"¿Ves, Osvaldo? Aquí estamos para jugar juntos".
Al final de la noche, Osvaldo dijo con una gran sonrisa.
"Nunca había tenido una fiesta así. ¡Gracias, Loby!".
"Siempre serás bienvenido. Este bosque es para todos".
Desde ese día, Loby ya no fue solo conocido como el rey lobo que daba miedo, sino como el rey de la amistad.
"El verdadero liderazgo está en ser amable y hacer que todos se sientan incluidos".
Y así, el bosque se convirtió en un lugar donde todos se juntaban a jugar, a reír y a disfrutar, gracias a la valentía y amabilidad de un lobo que solo quería ser querido.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.