El Rey Martín y el Dragón Amigo



El rey Martín era conocido en todo el reino por su sabiduría, generosidad y bondad. Siempre se preocupaba por el bienestar de sus súbditos y trabajaba arduamente para que todos vivieran en armonía y felicidad.

Un día, llegó al castillo una noticia alarmante: un dragón había aparecido en las afueras del reino y estaba causando estragos entre los campesinos. El rey Martín decidió actuar de inmediato para proteger a su gente.

"¡Debemos encontrar una solución para detener al dragón antes de que cause más daño!", exclamó el rey Martín a sus consejeros. Después de analizar la situación, el rey decidió que lo mejor sería enfrentar al dragón él mismo.

Se preparó con valentía y partió hacia las afueras del reino, donde se encontraba la temible criatura. Al llegar frente al dragón, este desplegó sus alas enormes y lanzó llamaradas de fuego hacia el rey.

Pero Martín no retrocedió, recordando siempre su deber de proteger a su pueblo. Con astucia y coraje, logró esquivar las llamas y acercarse lo suficiente al dragón para hablar con él. "¿Por qué estás causando tanto daño a mi gente?", preguntó el rey con voz firme pero amable.

El dragón miró sorprendido al rey Martín, nunca antes alguien le había hablado con respeto. Entre gruñidos y rugidos, el dragón explicó que se sentía solo y abandonado, por eso había decidido atacar al reino.

El corazón compasivo del rey Martín se conmovió ante la tristeza del dragón. Decidió entonces ofrecerle amistad y un lugar dentro del reino donde pudiera vivir en paz sin hacer daño a nadie.

Así, el dragón aceptó la oferta del Rey Martín e incluso se convirtió en uno de los protectores del imperio, ayudando a mantenerlo seguro de cualquier amenaza externa.

Desde ese día, el Rey Martín enseñó a todos en su imperio la importancia de tratar a los demás con respeto y comprensión, demostrando que incluso aquellos que parecen ser nuestros enemigos pueden convertirse en amigos si les damos una oportunidad.

Y así, gracias a la valentía, bondad y sabiduría del Rey Martín, el lugar muy lejano pero muy hermoso continuó floreciendo en paz y armonía para siempre jamás.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!