El Rey Martín y la Grandeza de la Amistad



Había una vez en un lejano reino, un rey llamado Martín. A pesar de ser un buen monarca, siempre se sentía incómodo con su corona.

Un día, decidió salir a pasear por el bosque sin ella, quería sentirse libre y ligero. Mientras caminaba entre los árboles, escuchó unas risas provenientes de un claro cercano. Al acercarse, vio a un grupo de niños jugando y riendo felices.

Se les acercó y les preguntó:- ¿Qué están haciendo ustedes aquí? Los niños lo miraron sorprendidos al ver que no llevaba su corona real. - ¡Hola señor! Estamos jugando a las escondidas -respondió uno de ellos. El rey sonrió y les pidió permiso para unirse al juego.

Los niños aceptaron emocionados y comenzaron a jugar todos juntos. Martín se divirtió como nunca antes lo había hecho, sintiéndose libre y feliz. Después de varias rondas de juegos, el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte.

Los niños se despidieron del rey con alegría en sus rostros. - ¡Gracias por jugar con nosotros, señor! ¡Esperamos verte pronto! Martín regresó al castillo con una nueva perspectiva sobre su vida como rey.

Comprendió que la verdadera grandeza no estaba en llevar una corona dorada en la cabeza, sino en compartir momentos especiales con las personas que amaba. Al día siguiente, convocó a todo su pueblo en la plaza principal del reino.

Sin su corona real en la cabeza, subió al estrado y habló desde el corazón:- Queridos súbditos, he aprendido algo muy importante ayer: la verdadera riqueza está en los momentos compartidos con aquellos que amamos.

Por eso he decidido renunciar a mi corona para poder estar más cerca de ustedes, para poder jugar y reír juntos como lo hice ayer con los niños del bosque. El pueblo estalló en aplausos y vítores ante la valiente decisión del rey Martín.

Desde ese día, el ex monarca pasó a ser conocido simplemente como Martín, el amigo de todos. Y así fue como un rey descubrió que la verdadera grandeza reside en el corazón y no en una corona sobre la cabeza.

Y vivieron felices para siempre compartiendo juegos y risas bajo el cálido sol del amor y la amistad.

FIN.

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