El Rincón de los Aromas



Era un soleado lunes en la sala amarilla del jardín de infantes, y la seño Mara tenía una gran sorpresa para sus pequeños alumnos.

"¡Buenos días, chicos! ¿Saben qué? Hoy vamos a poner en marcha una idea maravillosa. Vamos a crear 'El Rincón de los Aromas'", anunció la seño Mara con una sonrisa radiante.

Los niños aplaudieron emocionados.

"¿Qué es eso, seño?" preguntó Luca, un niño de cabello rizado.

"Vamos a cultivar plantas aromáticas como lavanda, romero y menta. Y lo mejor es que haremos nuestras propias macetas con cosas que ya no usamos. ¿No es genial?"

Las manitos de los chicos se alzaron al mismo tiempo.

"¡Sí, sí!" gritaron todos.

Comenzaron a buscar materiales en el aula. Encontraron botellas de plástico, latas viejas y hasta una caja de cartón que alguien había dejado olvidada. La seño Mara explicó cómo podían reciclar esos materiales.

"Primero, debemos cortarlas y decorarlas. Después, llenarlas con tierra y sembrar nuestras semillas. Cada uno de ustedes podrá elegir su planta. ¿Quién quiere plantar lavanda?"

Un par de manitos se levantaron rápidamente, pero también se oyó una voz preocupada desde el fondo de la sala.

"Pero, seño, yo no quiero plantar. Mis plantas siempre se mueren", dijo Tamara, con una expresión triste.

La seño Mara se acercó a ella y le sonrió.

"No te preocupes, Tamara. Aquí aprenderemos juntos a cuidar de ellas. Y recordar que de los errores también aprendemos. ¡Vamos a intentarlo juntos!"

Así, los niños se pusieron manos a la obra. Cortaron las botellas, decoraron las latas con dibujos y colores, y llenaron todo con tierra.

"¡Mirá mi maceta, seño! La hice como un monstruo con ojos grandes", dijo Mateo entusiasmado.

"¡Es increíble, Mateo! Me encanta tu creatividad", respondió la seño.

Una vez que cada uno había preparado su maceta, llegó el momento de sembrar las semillas. La emoción era contagiosa y todos trabajaron con dedicación.

"¡Ahora a regar con cuidado!" decía la seño Mara, mientras ayudaba a los niños a no dejar un charco.

Días pasaron y los pequeños se convertían en auténticos jardineros. Regaban, hablaban a sus plantas y anotaban en una hoja cómo iban creciendo. Pero, un día, Tamara se acercó de nuevo a la seño.

"Seño, mi planta no crece como las otras. Creo que no me escucha", decía Tamara con desánimo.

"Hay que tener paciencia, Tamara. Las plantas también necesitan tiempo para crecer. Pero, ¿no te parece que cada día es una oportunidad nueva para cuidar de ella?"

Con una sonrisa, la pequeña le mostró su planta que, aunque pequeña, sí estaba creciendo.

"Mirá, seño! Aunque es chiquita, tiene una hojita nueva", dijo emocionada.

Poco a poco, todas las plantas comenzaron a crecer. El rincón de los aromas se llenaba de colores y frescura. En un rincón, la menta crecía de manera sorprendente, mientras que la lavanda despuntaba con sus hermosos lilas.

"¡Podemos hacer una limonada con la menta!" sugirió Ignacio un día.

"Y con la lavanda podemos hacer sachets para que la casa huela bien", añadió Mara con alegría.

Los niños se sintieron útiles y felices al ver cómo sus esfuerzos habían dado frutos. Finalmente, organizaron una jornada para invitar a las otras salas del jardín a disfrutar del rincón. Prepararon limonada y unas bolsitas de lavanda.

"¡Vengan a ver nuestras plantas!" gritó Mateo mientras recibía a sus amigos.

Los padres de los chicos también se unieron, y hubo muchas risas, charlas y un gran sentimiento de satisfacción. La seño Mara se sentía orgullosa de sus alumnos.

"Hoy celebramos el esfuerzo y el cuidado que pusieron en cada plantita. Esto es solo el comienzo de muchas aventuras más. ¡Acordémonos siempre de cuidar nuestro medio ambiente!"

Desde entonces, 'El Rincón de los Aromas' se convirtió en un espacio querido por todos, donde los chicos no solo aprendieron sobre plantas, sino también sobre amistad, cuidado y el valor de la naturaleza.

Y aunque algunas veces las plantas no crecían fuerte, todos entendieron que lo importante era intentarlo y disfrutar del proceso. ¡La aventura de cuidar del rincón de todos los aromas recién comenzaba!

FIN.

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