El río de Ángel


hermosa naturaleza que la rodea. Ángel volaba de flor en flor, deleitándose con el néctar dulce y colorido que encontraba. Le encantaba sentir el suave aroma de las flores y escuchar el zumbido alegre de las abejas trabajadoras.

Pero un día, mientras descansaba sobre una margarita, escuchó un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Intrigada, ángel decidió acercarse para ver qué ocurría.

Al llegar al borde del bosque, vio a un grupo de animales reunidos alrededor de una tortuga llamada Tomás. Parecían preocupados y tristes. - ¿Qué les sucede? - preguntó ángel acercándose con curiosidad.

- Hola ángel - respondió Tomás con voz apagada -, estamos muy preocupados porque nuestro querido río está desapareciendo poco a poco. Sin agua, todos los seres vivos del campo se verán afectados. Ángel sintió una gran tristeza al escuchar esto. Sabía lo importante que era el agua para la vida en el campo.

Sin pensarlo dos veces, decidió ayudar a sus amigos a encontrar una solución. - ¡No se preocupen! - exclamó ángel con determinación -, buscaré ayuda y juntos encontraremos una forma de salvar nuestro río.

Con sus alas fuertes y hermosas, ángel emprendió vuelo hacia la ciudad vecina en busca de ayuda. Voló por calles y plazas hasta llegar a un parque donde había niños jugando felices. - ¡Hola! Mi nombre es ángel y necesito su ayuda - dijo ángel acercándose a los niños.

- ¡Hola ángel! ¿En qué podemos ayudarte? - preguntaron los niños curiosos. Ángel les contó sobre la situación del río y cómo estaba afectando a todos los seres vivos del campo.

Los niños, con sus ojos llenos de bondad, se ofrecieron a ayudar. Juntos, ángel y los niños organizaron una campaña para crear conciencia sobre la importancia del agua. Repartieron volantes en las calles, hablaron con la gente y organizaron actividades divertidas en el parque para recaudar dinero.

Poco a poco, la noticia se fue difundiendo y cada vez más personas se unieron a la causa. Empresas donaron filtros de agua, voluntarios limpiaron el río y se plantaron árboles cerca de sus orillas para conservar el agua.

Gracias al esfuerzo de ángel y todos los que colaboraron, el río empezó a recuperarse. El campo volvió a florecer como antes y todos los animales estaban felices.

Un día, mientras volaba sobre el río ya revitalizado, ángel sintió una gran alegría en su corazón. Había aprendido que cuando trabajamos juntos por una causa justa y noble, podemos lograr cosas maravillosas.

Desde aquel día en adelante, ángel siguió recorriendo el campo pero ahora no solo disfrutaba de su belleza sino también de saber que había hecho algo importante por ella. Y así, junto a sus amigos del campo y los niños de la ciudad vecina, continuó cuidando y protegiendo todo lo hermoso que la naturaleza nos regala.

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