El río de la colaboración


En un lejano bosque llamado Encantalia, vivían dos amigos muy peculiares: el elefante Trompitas y la hormiga Hormiguita. A simple vista, parecía imposible que pudieran llevarse bien, ya que eran completamente opuestos en tamaño y forma.

Un día, mientras paseaban por el bosque, Trompitas y Hormiguita se encontraron con un gran problema. El puente que solían cruzar para llegar a la fuente de agua fresca estaba roto.

Trompitas no podía pasar debido a su enorme tamaño, y Hormiguita era demasiado pequeña para alcanzar el otro lado. "Oh no, ¿qué haremos ahora?", preguntó preocupada Hormiguita. Trompitas pensó por un momento y luego dijo: "¡Ya sé! Te subiré sobre mi espalda y juntos cruzaremos el río".

Hormiguita dudaba al principio, pero finalmente aceptó la propuesta de su amigo elefante. Con cuidado, Trompitas se agachó para que Hormiguita pudiera trepar sobre su lomo. Lentamente comenzaron a cruzar el río con mucho esfuerzo y equilibrio.

Por fin lograron llegar al otro lado sano y salvo. Una vez allí, se abrazaron felices por haber superado juntos ese desafío tan grande para ellos. "¡Gracias por tu ayuda, Trompitas! Nunca hubiera logrado cruzar sin ti", dijo emocionada Hormiguita.

Trompitas sonrió y respondió: "No hay de qué, amiga. A veces nuestras diferencias pueden ser ventajas si sabemos trabajar juntos". Desde ese día, Trompitas y Hormiguita se convirtieron en los mejores amigos del bosque Encantalia.

Comprendieron que cada uno tenía habilidades únicas que podían complementarse perfectamente si colaboraban en equipo. Así aprendieron que las apariencias no importan cuando se trata de ayudar a alguien en apuros o cumplir un objetivo importante.

Y aunque fueran diferentes en muchos aspectos, eso no impedía que su amistad creciera cada día más fuerte. Y colorín colorado, este cuento de amistad entre un elefante gigante y una hormiga diminuta ha terminado... ¡pero su enseñanza perdurará por siempre en Encantalia!

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