El río de los sueños
Había una vez una niña llamada Suniva, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza.
Desde muy temprano, Suniva se despertaba con el sol y sentía una gran atracción por los misterios del bosque encantado que se encontraba cerca de su casa. Un día, decidida a explorar más allá de lo conocido, Suniva tomó su mochila y se adentró en el bosque.
A medida que avanzaba entre los árboles altos y frondosos, las mariposas luminosas comenzaron a danzar a su alrededor, guiándola por el camino correcto. De repente, Suniva escuchó un ruido proveniente de un arbusto cercano. Con cautela, se acercó y descubrió a una pequeña ardilla atrapada en una red.
Sin dudarlo, Suniva liberó a la ardilla y esta le agradeció diciendo: "¡Gracias por salvarme! Te recompensaré llevándote hacia algo especial". La ardilla saltó sobre el hombro de Suniva y la guió hacia un hermoso paisaje lleno de flores multicolores.
Allí encontraron un río cristalino que serpenteaba entre las colinas verdes. El agua era tan clara que podían ver los peces nadando felices. Suniva quedó fascinada por la belleza del lugar e inmediatamente decidió sentarse junto al río para disfrutarlo aún más.
Mientras observaba cómo el sol reflejaba sus rayos en las aguas cristalinas, escuchó otra voz tierna detrás de ella. "¡Hola!", dijo una pequeña tortuga que emergió del río.
"Me llamo Tito y soy el guardián de este mágico río. ¿Quieres saber por qué es tan especial?". Suniva asintió emocionada, esperando descubrir más secretos del bosque encantado. Tito comenzó a contarle a Suniva la historia del río cristalino.
Resulta que cada vez que alguien se sumerge en sus aguas, sus deseos más profundos se hacen realidad. Pero no cualquier deseo egoísta o materialista, sino aquellos que provienen desde el corazón y buscan hacer felices a los demás.
Suniva quedó maravillada con esta revelación y decidió probarlo por sí misma. Se sumergió en el río y cerró los ojos con fuerza mientras pensaba en un deseo sincero: quería que todos los niños del mundo pudieran tener acceso a una educación de calidad.
Cuando salió del agua, Suniva sintió una sensación de alegría y energía renovada en su interior. Sabía que su deseo se había hecho realidad y estaba decidida a hacer todo lo posible para ayudar a los demás.
Desde ese día, Suniva dedicó su tiempo libre a recolectar libros, útiles escolares y ropa para niños necesitados. Con la ayuda de su familia y amigos, logró crear una biblioteca comunitaria donde todos los niños podían aprender y crecer juntos.
La noticia sobre la increíble labor de Suniva se extendió rápidamente por toda la región e inspiró a otros adultos y niños a seguir su ejemplo.
Juntos, construyeron escuelas en comunidades remotas e implementaron programas educativos para aquellos que no tenían acceso a la educación. Suniva se convirtió en un símbolo de esperanza y cambio, demostrando que incluso una niña con ojos llenos de curiosidad puede hacer una gran diferencia en el mundo.
Y así, Suniva continuó explorando el bosque encantado, descubriendo nuevos secretos y ayudando a otros a alcanzar sus sueños. Siempre recordaba la importancia de desear desde el corazón y trabajar arduamente para lograrlo.
Y es que, como decía Suniva: "La magia está en cada uno de nosotros, solo debemos creer en ella y utilizarla para hacer del mundo un lugar mejor".
FIN.