El río limpio



Había una vez, en un hermoso río rodeado de árboles y flores, un ciempiés llamado Celestino y un pato llamado Matías. Ambos eran grandes amigos y siempre estaban juntos explorando la naturaleza.

Un día, mientras paseaban cerca del río, notaron algo muy triste: el agua estaba llena de basura que los humanos habían dejado. Botellas, bolsas y plásticos flotaban por todas partes.

Celestino y Matías se miraron preocupados, sabían que eso no era bueno para los animales ni para el medio ambiente. Decididos a hacer algo al respecto, los dos amigos se pusieron manos a la obra. Primero buscaron palitos para reagarrar la basura sin ensuciarse las patitas o las patas.

Luego comenzaron a recolectar todo lo que encontraban en el agua. "¡Mira Celestino! ¡Una botella vacía!" exclamó Matías emocionado mientras la sacaba del agua con su pico. "¡Bien hecho Matías! Sigamos así" respondió Celestino con alegría.

Poco a poco fueron llenando sus brazos y picos con toda la basura que encontraban en el río. Mientras trabajaban arduamente, otros animales de la zona se acercaban curiosos a ver qué estaban haciendo. "¿Qué hacen ustedes?" preguntó una ranita saltarina.

"Estamos limpiando el río de toda esta basura que los humanos dejaron" explicó Celestino. "¡Es increíble! ¡Nunca había visto algo así!" dijo asombrada la ranita. Los demás animales se unieron a la causa y comenzaron a ayudar también.

Juntos, formaron un equipo imparable. Después de varias horas de trabajo duro, el río lucía mucho más limpio y reluciente. Los animales estaban felices por haber logrado una gran hazaña juntos. "¡Lo hicimos! ¡Limpiamos el río!" exclamó Matías.

"Sí, pero no podemos permitir que vuelva a llenarse de basura. Debemos cuidarlo siempre" dijo Celestino con determinación. Los animales hicieron una promesa: cada semana se reunirían para revisar el estado del río y mantenerlo limpio.

Además, decidieron enseñarles a los humanos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo evitar tirar basura en lugares incorrectos. Así fue como Celestino, Matías y los demás animales se convirtieron en verdaderos defensores del río.

Poco a poco, las personas comenzaron a entender la importancia de mantener limpios los espacios naturales y todos juntos lograron crear conciencia sobre la conservación del medio ambiente. Desde aquel día, el río se convirtió en un lugar hermoso donde los animales podían vivir tranquilos y felices.

Y todo gracias al esfuerzo y determinación de dos grandes amigos: Celestino el ciempiés y Matías el pato.

Y así termina nuestra historia infantil inspiradora y educacional sobre cómo dos pequeños héroes pueden hacer una gran diferencia en nuestro mundo si trabajamos juntos para protegerlo.

FIN.

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