El Río Limpio de Renata y Benicio



Renata y Benicio eran dos amigos inseparables que vivían en una pequeña ciudad a orillas del río Paraná. Les encantaba pasar sus tardes libres pescando juntos en el río y explorando los alrededores.

Un día, mientras estaban pescando, Renata notó algo extraño en el agua. "¡Miren chicos! ¡Hay basura flotando en el río!", exclamó ella señalando hacia un montón de plástico y botellas vacías que se movían con la corriente.

Benicio frunció el ceño al ver la basura. "Eso es horrible", dijo él con tristeza. "¿Qué podemos hacer para ayudar?"Renata pensó por un momento antes de tener una idea brillante.

"Podemos reagarrar toda la basura que podamos encontrar y llevarla a la orilla para desecharla adecuadamente", sugirió ella emocionada. Benicio asintió con entusiasmo. "¡Genial! Vamos a hacerlo".

Los dos amigos comenzaron a reagarrar todo lo que pudieron encontrar en el agua, desde botellas vacías hasta bolsas de plástico y envoltorios de comida rápida. Fueron muy cuidadosos de no lastimarse mientras trabajaban juntos como un gran equipo. Después de unas horas, habían recolectado una cantidad impresionante de basura. Estaban cansados pero felices por su logro.

De repente, escucharon un fuerte chapoteo cerca del bote donde habían dejado sus cañas de pescar. Al acercarse, vieron que uno de los remos había caído al agua sin querer. "¿Cómo vamos a recuperar el remo?", preguntó Benicio preocupado.

Renata sonrió y le dio una palmada en el hombro. "No te preocupes, tengo una idea". Ella tomó un pedazo de cuerda que había encontrado entre la basura y lo ató a un extremo del bote.

Luego se sumergió en el agua y nadó hasta donde estaba el remo flotando. Con mucho esfuerzo, logró enganchar la cuerda al remo y nadó de vuelta al bote con él. Benicio aplaudió mientras Renata subía al bote con una gran sonrisa.

"¡Eso fue increíble!", exclamó él emocionado. "¿Cómo aprendiste a hacer eso?"Renata encogió los hombros modestamente. "Bueno, he estado practicando mis habilidades de natación", dijo ella tímidamente.

Los dos amigos regresaron a casa esa noche sintiéndose orgullosos por su trabajo limpiando el río Paraná y felices por haberse ayudado mutuamente en momentos difíciles. Prometieron seguir trabajando juntos para proteger su hermoso río y crear un futuro mejor para todos los habitantes de su ciudad.

FIN.

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