El Río Mamoré y el Destino de los Amigos
En un pequeño pueblo llamado Agua Brillante, ubicado junto al hermoso río Mamoré, vivían muchos animales y habitantes que dependían del agua cristalina para sobrevivir. Las aves cantaban alegres mientras planeaban sobre el río, y los niños del pueblo jugaban felices en sus aguas frescas.
Un día, la tranquilidad del pueblo se vio alterada. Un grupo de personas dejó caer desechos en el río, sin pensar en las consecuencias. Al día siguiente, las aguas del Mamoré ya no brillaban como antes, y un olor extraño comenzó a inundar el aire.
"¿Qué pasó con el río?" - preguntó Lía, una niña curiosa, mientras jugueteaba con su amigo Paco, un pequeño pez.
"No lo sé, Lía, pero me siento diferente hoy... Y tengo hambre. La comida está desapareciendo y el agua no sabe bien" - respondió Paco, saltando triste sobre la superficie.
Mientras tanto, en la orilla del río, un viejo y sabio loro llamado Don Chispa observaba preocupado.
"Esto no puede seguir así, niños" - dijo Don Chispa, agitando sus alas. "El río Mamoré nos da la vida, y si lo seguimos contaminando, no solo los peces, sino todos los animales y también los habitantes podrían sufrir".
Lía, sintiendo un nudo en su estómago, miró a Don Chispa y preguntó "¿Pero qué podemos hacer para ayudar?" -
"Primero, debemos informar a todos los que viven en este pueblo sobre la situación del río. Una vez que todos entiendan, tal vez quieran cambiar sus hábitos y cuidar lo que tenemos" - contestó el loro.
Motivados por las palabras de Don Chispa, Lía, Paco y otros amigos decidieron formar un grupo llamado "Guardianes del Mamoré". Juntos, empezaron a hablar con los habitantes del pueblo. Comenzaron a organizar charlas en la plaza, donde invitaban a todos a escuchar sobre la importancia de cuidar el río.
Durante una de las reuniones, Don Chispa voló alto y habló con fuerza:
"Queridos amigos, el Mamoré es nuestra vida. Sin él, los peces no pueden vivir, los pájaros no pueden volar y, sobre todo, nosotros, los humanos, no podemos sobrevivir. ¡Vamos a mantenerlo limpio!"
Al principio, algunos habitantes dudaron, pero poco a poco, empezaron a entender la importancia del río.
"¡Tenés razón, Don Chispa!" - dijo un hombre del pueblo. "Vamos a dejar de tirar basura y vamos a empezar a reciclar".
No pasó mucho tiempo para que todos se unieran a la causa. Los niños y adultos comenzaron a limpiar las orillas, a plantar árboles y a asegurarse de que no se volvieran a contaminar las aguas. Paco, el pez, nadaba contento sintiendo cómo el agua volvía a ser clara y fresca.
Los meses pasaron, y el río Mamoré recuperó su belleza. Las aves regresaron, los peces estaban felices, y los niños del pueblo también.
"¡Mirá, Lía!" - exclamó Paco. "El agua está totalmente clara. ¡Gracias a todos!"
"Todo fue gracias a nosotros, a los Guardianes del Mamoré" - sonrió Lía, sosteniendo la mano de su amigo.
Con el tiempo, Agua Brillante se convirtió en un ejemplo para otros pueblos, demostrando que incluso los más pequeños pueden marcar una gran diferencia si se unen por un propósito común.
"Siempre cuidaremos del río Mamoré" - dijo Lía, feliz y llena de esperanza."Porque hoy aprendimos que juntos somos más fuertes".
FIN.