El Ritmo de los Sueños


Había una vez una niña llamada Lourdes, a quien le encantaba bailar desde que era muy pequeña.

Todos los días, después de la escuela, se ponía su tutú rosa y pasaba horas en el salón de baile de su casa, moviéndose al ritmo de la música. Lourdes tenía una hermana mayor llamada Deborah, quien era policía. Deborah siempre admiraba el talento y la pasión de Lourdes por el baile.

Aunque sus caminos eran diferentes, ambas hermanas se apoyaban mutuamente en sus sueños y metas. Un día, mientras Lourdes practicaba sus movimientos en el salón de baile, recibió una invitación especial para participar en un concurso nacional de danza.

Estaba emocionada y no podía esperar para contarles a su familia sobre esta oportunidad única. Cuando llegó a casa esa tarde, encontró a Deborah hablando por teléfono con alguien.

Al verla entrar, Deborah colgó rápidamente y le preguntó: "¿Qué te trae tan emocionada hoy?"Lourdes saltó de alegría y le mostró la invitación del concurso nacional. "¡Mira esto! ¡Me han invitado a competir!"Deborah sonrió orgullosa y abrazó a su hermana menor. "Eso es fantástico, Lourdes", dijo emocionada. "Estoy segura de que serás increíble".

Pero cuando Mauro escuchó la noticia, frunció el ceño y dijo: "¿Y qué pasa si no ganas? ¿No sería mejor centrarte en algo más seguro?"Lourdes miró a su hermano con determinación.

"Mauro, entiendo tus preocupaciones, pero el baile es mi pasión. Quiero intentarlo y dar lo mejor de mí". A medida que se acercaba el día del concurso, Lourdes ensayaba aún más duro. Pasaba horas practicando sus rutinas y perfeccionando cada movimiento.

El día finalmente llegó y Lourdes estaba nerviosa pero emocionada. La sala de baile estaba llena de talentosos bailarines de todo el país, todos ansiosos por mostrar sus habilidades.

Cuando llegó el turno de Lourdes, la música comenzó a sonar y ella se movió con gracia y elegancia en el escenario. Sus giros eran perfectos, sus saltos llenaban la habitación de energía y su sonrisa irradiaba felicidad. El público estalló en aplausos cuando Lourdes terminó su actuación.

Había dejado todo sobre el escenario y eso se notaba en cada uno de sus movimientos. Mientras esperaban los resultados, Deborah le dio un abrazo reconfortante a Lourdes. "Independientemente del resultado, estoy muy orgullosa de ti", dijo con una sonrisa.

Finalmente, llegó el momento tan esperado: anunciaron al ganador del concurso nacional de danza infantil... ¡y era Lourdes! La emoción inundó la sala mientras Lourdes subía al escenario para recibir su premio.

Se sentía como si estuviera volando alto entre las nubes. Después del concurso, Mauro se acercó a su hermana menor y le pidió disculpas por haber dudado alguna vez de ella. "Lourdes, me equivoqué al cuestionar tus sueños.

Eres una bailarina increíble y estoy muy orgulloso de ti". Desde ese día, Lourdes siguió persiguiendo su pasión por el baile. Con el apoyo incondicional de su familia, se convirtió en una reconocida bailarina profesional.

La historia de Lourdes inspiró a muchos niños y niñas a seguir sus sueños sin importar los obstáculos que se les presenten en el camino. Y así, Lourdes demostró que con determinación y apoyo familiar, cualquier sueño puede hacerse realidad.

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