El robot de la amistad



Había una vez en la escuela "El Horizonte", una niña llamada Sofía que era muy estudiosa y siempre estaba leyendo libros.

A su lado, en el aula de al lado, estaba Lucas, un niño con discapacidad motriz que necesitaba ayuda para moverse. Un día, durante el recreo, Sofía vio a Lucas tratando de alcanzar un libro que se le había caído al piso. Sin dudarlo, corrió hacia él y lo ayudó a reagarrarlo.

Lucas le sonrió agradecido y desde ese momento se hicieron amigos. -¡Hola! Soy Sofía. ¿Cómo te llamas? -dijo ella con amabilidad. -Soy Lucas. ¡Gracias por ayudarme! -respondió él con una sonrisa tímida.

Desde ese día, Sofía comenzó a pasar tiempo con Lucas en el recreo y después de clases. Le leía cuentos, lo ayudaba a dibujar y juntos resolvían problemas matemáticos. A pesar de las dificultades que enfrentaba Lucas, nunca se rindió gracias al apoyo incondicional de Sofía.

Un mes después, la maestra anunció que se acercaba la Feria de Ciencias y todos los alumnos debían presentar un proyecto. Sofía tenía una idea brillante: crear un robot controlado por voz para ayudar a personas con discapacidad motriz.

-¿Qué te parece si trabajamos juntos en este proyecto? Podemos hacer algo increíble -propuso Sofía emocionada. -¡Sí! ¡Será genial! -respondió Lucas entusiasmado. Durante semanas, trabajaron arduamente en su proyecto. Sofía diseñaba el robot mientras enseñaba a Lucas sobre programación y tecnología.

Él aprendió rápidamente y juntos lograron construir un robot funcional que respondía a comandos de voz. El día de la Feria de Ciencias llegó y el proyecto de Sofía y Lucas sorprendió a todos los presentes.

El robot funcionaba perfectamente e incluso podían ver cómo ayudaría a personas como Lucas en su vida diaria. Al final del evento, recibieron el primer premio por su innovador proyecto. Todos los aplaudieron emocionados mientras Sofía abrazaba a Lucas con alegría.

-¡Lo logramos! Gracias por ser mi amigo y por confiar en mí -dijo emocionada. -Gracias a vos por creer en mí y mostrarme que puedo lograr cualquier cosa si me lo propongo -respondió Lucas con gratitud.

Desde ese día, la amistad entre Sofía y Lucas se fortaleció aún más. Juntos demostraron que la verdadera inclusión no solo es posible sino también maravillosa cuando nos apoyamos mutuamente sin importar las diferencias.

Y así, continuaron inspirando a todos en "El Horizonte" con su hermosa historia de amistad y superación.

FIN.

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